A pesar de que el mundo está agobiado por la pandemia, el virus no cesa y su propagación parece aumentar. Ya se han conocido nuevas variantes en el Reino Unido, Sudáfrica y Brasil, mientras algunas vacunas se comenzaban a autorizar el año pasado. Últimamente se conoce que han surgido otras nuevas en California, Nueva York y Oregon. En este sentido, las nuevas versiones del coronavirus amenazan con aplazar el final de la pandemia.
Por ahora, las vacunas en circulación parecen ser efectivas contra las variantes presentadas. Sin embargo, las autoridades de salud pública están preocupadas por el riesgo que implicarían nuevos desprendimientos del virus, los cuales podrían ser más resistentes a la propuesta inmunitaria ofrecida hasta el momento. Es por esto que en Estados Unidos se está pensando que posiblemente los ciudadanos tengan que hacer nuevamente la fila para recibir refuerzos de manera regular o incluso vacunas nuevas.
+MIRÁ MÁS: Argentina sumó casi 10 mil nuevos casos de Covid-19: los números en Córdoba
Devi Sridhar, profesora de salud pública de la Universidad de Edimburgo en Escocia, señaló que la evolución no está de nuestro lado, y que al parecer estamos frente a un patógeno que siempre está cambiando de una manera que hace dificultar su eliminación. Los especialistas afirman que es necesario seguir minuciosamente el rastro de estos nuevos virus en Estados Unidos. Además, la variante denominada B.1.1.7, de carácter sumamente contagiosa, penetró fuertemente en Reino Unido, ahora causa estragos en Europa continental, y en estos momentos está creciendo de una manera significativa en Estados Unidos.
Se han identificado más de 12.500 casos mediante un conjunto de pruebas genéticas, gran parte de ellos en Michigan y Florida. Hasta hace poco, la variante B.1.1.7 había pasado desapercibida por la baja en las tasas de infección, y una falsa sensación de inseguridad que engañó a los ciudadanos de Estados Unidos, quienes se relajaron de manera prematura, según aportaron los investigadores.
Los especialistas sostienen que si bien se tratan todas de un desprendimiento del Covid-19, es necesario analizarlas como pandemias autónomas para no entorpecer la visión. “La mejor manera de pensar en la B.1.1.7 y otras variantes es considerarlas pandemias independientes”, opinó Sebastian Funk, profesor de dinámicas de enfermedades infecciosas en la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres. “En realidad estamos obstaculizando nuestra visibilidad al juntarlas todas para dar un número total de casos”, sentenció.