Marisol Reartes (18) y Luz Moreno Oliva, su hija de 2 años, desaparecieron el 2 de febrero de 2014. Cuatro años después, hallaron el cráneo de la mujer, pero de la menor no hay rastros.
Este lunes comenzó el juicio contra el femicida Juan José Murúa (35), quien volvió a sentarse en el banquillo de los acusados luego de ser condenado a 38 años de cárcel por el homicidio de Brenda Arias en Villa del Carmen (San Luis).
Para los fiscales de Villa Dolores, Lucrecia Zambrana, Murúa asesinó a golpes a Marisol y Luz y escondió los cuerpos. Sin embargo, el acusado homicidio calificado por el vínculo y por mediar violencia de género, y de homicidio simple por el ataque a la nena, negó los hechos.
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“Declaró que él no tiene nada que ver, que no mató ni a Marisol ni a Luz”, reveló una fuente judicial a El Diario. Además, señaló que el femicida se mostró durante toda la audiencia con una “posición desafiante y hasta burlesca”.
Gabriela Oliva, tía de la menor, dialogó con Todo Córdoba y confesó que “hace más de ocho años que esperaban este día” y por eso exigen que se cumpla lo que solicitaron, que es justicia.
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La mujer se dirigió al asesino y le pidió que “por lo menos les diga dónde la dejó o qué hizo con ella”, en referencia al paradero de Luz. “Todos los indicios dan a que la misma mecánica que usó con la chica de San Luis la hizo con Marisa”, subrayó e insistió en que aquel 2 de febrero de 2014 “se las llevó a las dos” porque Marisol no se despegaba nunca de su hija.
“Esperamos que la justicia haga bien su trabajo para que se pueda encontrar justicia y den un poco de paz a dos familias”, rogó Gabriela.