El 31 de julio de 2019 una familia de Malagueño fue brutalmente atacada por un dogo. Desde ese entonces viven con el temor de que vuelva a ocurrir y la muerte de Trinidad a manos de dos animales de la misma raza les removió el dolor que los atravesó.
Carlos, Graciela y Lautaro habían sufrido mordeduras en la cara, el brazo y la mano respectivamente. Además hubo una cuarta familiar atacada. “No podemos salir a veces. Vemos un animal de esos y hacé de cuenta que es el diablo”, expresó Carlos González a casi cuatro años de aquel dramático día.
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“A mi me agarró la cara, no me sacó el pedazo pero queda la sensación”, recordó. Lautaro, su nieto, aseguró que esa raza siempre fue agresiva y sostuvo que “el problema son los dueños por la crianza que cada uno le da”. “Si vuelvo a pasar una situación así no voy a dudar de matar al perro”, agregó en Noticiero Doce.
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Sobre el dogo que lo mordió a él y a su familia, el joven de 21 años dijo que “era muy salvaje” y que “mordía al que se le cruzaba”. “Admiro mucho al hombre que lo mató”, expresó sobre el vecino que acuchilló a los animales que atacaron a Trinidad y siguió: “Yo también lo pasé y fue muy difícil para mi”.
“Sensación fea”
Graciela, la esposa de Carlos, también habló del horror que aún viven: “No puedo salir a la calle tranquila”. “A veces tengo que ir a sacar un turno al hospital y me pido un remis. No voy caminando ni de día porque me quedó el temor con los animales aunque no sea un dogo”, reveló.
Además, dijo que tiene miedo y que le quedó una “sensación fea”. “Debería haber más control. Son pocos los que lo tienen bien cuidados, con bozal y cadenas”, subrayó.
Trinidad
Por último, la familia lamentó lo que le ocurrió a la adolescente de 15 años en barrio Estación Flores de Córdoba. “Duele, es una chica joven. El dueño por lo menos hubiera dado la cara”, expresó Carlos y Lautaro sumó: “No sé si podría haber evitado pero quiero mandar muchas fuerzas a la familia”. “Gracias a Dios lo superamos y estamos bien”, concluyó el joven.