“Estamos destrozados como familia, estamos pasando el peor momento de nuestra vida”, fue lo primero que expresó Florencia, mamá de Jeremías (nombre ficticio para preservar su identidad) en Arriba Córdoba al referirse a la denuncia de abuso contra compañeros de su hijo.
La mujer recordó el momento en el que el niño de 10 años que tiene síndrome de Down le contó lo que habría ocurrido en el baño de un colegio de Villa Allende. “Fuimos a buscar a mi hijo y lo notamos nervioso. Subió al auto temblando, le preguntamos qué le pasaba y nos dijo que se sentía bien”, relató.
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Y continuó: “Llegamos a casa y empezó a temblar y a suspirar. Le empezamos a preguntar si se había portado mal en el colegio y él decía 'no mami, no mami' y se tapaba la cara y se largó a llorar”. De acuerdo a su relato, el nene expresó: “No me podía defender”.
“Empezó con un llanto tremendo y contó todo detalladamente. Nos dijo todo, como padres moríamos”, contó con dolor y explicó que fueron a un sanatorio de Córdoba para que el menor sea revisado.
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Florencia precisó que su hijo “nombra a tres compañeros en el baño del colegio”. “Siempre dice el mismo relato”, remarcó. Tras ir al centro de salud donde, según dijo, “se confirmó que lo habían abusado”, se dirigieron al Polo de la Mujer “a hacer la denuncia”. “Ahí le hicieron estudios para confirmar este desastre”, añadió.
Pedido de justicia
La mamá del niño reclamó justicia y apuntó a las autoridades del colegio, a los niños y a sus padres: “Que se hagan cargo los responsables, que son varios”. “Fui cinco veces antes al colegio a avisar que mi hijo que sufría bullying y que llegó a tener agresión física y ellos decían que tomaban cartas en el asunto”, reveló.
Según contó Florencia, al niño ya lo habían cambiado de grado para que los compañeros no lo molestaran. “Fue un chiste, se nos están riendo en la cara”, expresó sobre el proceder de la institución educativa y el Ministerio de Educación de Córdoba.
Además, aseguró que este martes tiene una reunión con la jueza que sigue el caso a quien le pedirá que la entienda “como madre”. “Lo peor que nos pudo pasar como padres ya nos pasó ¿Qué nos queda?”, se indignó y siguió: “Esto nos cambia la vida. Hasta el día que me muera voy a tener esto en la cabeza. Mi hijo está mal y espero que se recupere”.
Por último, aseguró que la escuela tiene cámaras en los pasillos y algunas apuntan hacia el baño. Según dijo, las tiene la Justicia y el colegio también tuvo acceso: “Dicen que están haciendo todo por protocolo”.