La mala suerte, pero también la pobreza y las pésimas condiciones de vida, terminaron con la vida de una criatura de 2 años. El pasado sábado a las 23, y luego de un día de extremo calor, Darío Farías y Paola Núñez se alertaron por el llanto incontenible de su hijo Miqueas, que fue picado por un alacrán en barrio Villa Urquiza.
"Se fue a dormir a la cama y de la nada empezó a llorar. Me fijé en el cuello y tenía colorado, la carita se le estaba poniendo coloradita. Tuvo vómitos y se veía la picadura en el cuello. Lo llevamos al hospital Florencio Díaz", relató el padre en Arriba Córdoba tras recibir la peor noticia. "Ahí lo intubaron y lo trasladaron al Misericordia, y de ahí al Hospital de Niños", reconstruyó.
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Tras la picadura, no lograron encontrar al alacrán. Solo el análisis clínico confirmó que se trataba del insecto.
En la descripción del padre quedaron en evidencia las precarias condiciones de vida de la familia: "Vivimos en condiciones humildes. El piso está hecho bosta, tiene una banda de huecos. Las paredes son levantadas con barro, revocadas nomás, y el techo de chapa".
"Es la primera vez que vemos un alacrán en casa, y viene a picar a mi hijo. Dos añitos tenía, no pudieron hacer nada", se lamentó Farías.
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