Fueron minutos eternos y de tensión después de que su hija Milagros de 9 años entrara corriendo a la casa para advertirle a su familia que su hermana de 2 años se había caído al pozo de más de siete metros de profundidad.
Gabriel salió desesperado al patio y por detrás su esposa y sus suegros. La beba estaba adentro del pozo y él no dudó en meterse. “Mi señora me frenó y yo estaba quebrado en llanto”, expresó en diálogo con Arriba Córdoba.
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De acuerdo a lo que relató, se había desmoronado en la mañana del martes y durante todo el día estuvo tirándole escombros y tierra: “El agua fue cediendo y el pozo a la noche no tenía más agua”. Aseguró que junto a su esposa “tuvieron la precaución” de que sus hijas no salieran al patio. Sin embargo, en “un segundo” ocurrió el accidente.
La mamá de las nenas comenzó a calmar al papá, que “casi se tira de cabeza” a buscar a la beba. Por su contextura física, la mujer decidió descender. El hombre la ató con una manguera y la ayudó a bajar despacio: “La beba estaba bien, aunque asustada”.
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Estaba tan oscuro, que no la veían pese a que alumbraban con las linternas de los teléfonos. Pero la menor sí les contestaba y eso los tranquilizó un poco.
Cuando su esposa hizo pie en el pozo, ató a la beba con la misma manguera y Gabriel comenzó a subirla. “Ahí me quebré en llanto. Hasta que no estuvo acá arriba, no sabía qué hacer”, relató aún en shock.
La mujer quedó atrapada y no pudieron continuar con el improvisado rescate con la manguera como soga. Afortunadamente llegaron los bomberos y lograron sacarla.