Si diputados y senadores se tomaran el trabajo de comprender la importancia de un estudio de estas características para trasladar las necesidades de gestionar leyes al Congreso, que contemplen el acompañamiento a la mujer embarazada, al niño por nacer y todo lo que ello conlleva, no dejaría de hacer la diferencia cuando de pensar en el futuro de la sociedad se trata. Incluso de bajar costos altísimos en salud que debe enfrentar el Estado, sin lugar a dudas, harían una gran diferencia en sus funciones.
En Argentina, los hospitales públicos receptan al segmento de la población más vulnerable en su mayoría, en tanto la población con acceso a una obra social o prepaga asiste al sistema de salud privado: clínicas, sanatorios y hospitales privados.
Este estudio o investigación colaborativa que implicó la participación de las diez maternidades más importantes de la ciudad de Córdoba (públicas y privadas) tuvo como objetivo evaluar si las desigualdades socioeconómicas en el riesgo de bajo peso al nacer (BPN) se vieron alteradas o con cambios durante la primera ola de la pandemia de COVID-19. Este aspecto no menor, demuestra que se ha tomado el lugar de nacimiento como un indicador del nivel socio-económico de acuerdo a que los nacimientos tuvieran o no cobertura médica por obra social o por plan de medicina prepaga.
La investigación
Se trazó en una cohorte pandémica que abarcó desde el 20 de marzo al 19 de julio de 2020 y este corte se comparó con una cohorte prepandendémica del 20 de marzo al 19 de julio de 2019 (con los registros médicos de archivo).
Los lactantes, es decir, los bebés nacidos, se clasificaron por peso. Para aquellos que la Neonatología les resulta algo alejado de su realidad, en los protocolos establecidos, se considera un recién nacido con bajo peso al nacer menor de 2500 gramos; en tanto, con muy bajo peso al nacer (MBPN) es aquel que nace con menos de 1500 gramos y por último un bebé con un peso extremadamente bajo al nacer (ELBW) es aquel que cuyo peso es menor a 1000 gramos.
Volvamos al comienzo de entender por qué es tan importante un estudio de estas características. Como lo explica el Dr. Cuestas a ElDoce.tv: “Entender que una mujer embarazada de un nivel socioeconómico más vulnerable, recibió en situación de pandemia una mejor atención o asistencia, más cuidados; la posibilidad de trabajar desde su casa, no exponerse a otras situaciones que entran dentro de las principales causas de nacimientos prematuros e incluso asistencia por parte del Estado en cuanto a asignaciones por citar un ejemplo. Se traslada a que ese embarazo obtuvo más cuidados y se evitaron situaciones de riesgo que podrían haber derivado en un parto prematuro”.
Ahora bien, hablar de prematurez es también adentrarse en una de las principales causas de mortalidad neonatal, mortalidad infantil a mediano plazo, además de incrementar el riesgo futuro de discapacidades y enfermedades del desarrollo, tales como dificultades del aprendizaje, lenguaje, dificultades físicas y/o psicólogicas o de la conducta. Se suma a esto, la posibilidad de parálisis cerebral, obesidad, síndrome metabólico, hipertensión arterial y diabetes. Todas situaciones que ya sabemos derivan en un cambio de por vida para el individuo como para su entorno familiar y no todos tienen las mismas oportunidades y cuidados.
Aclara el doctor Cuestas que son múltiples las causas: “Se incluyen el estrés psicosocial y laboral, el primer parto, la baja educación de la madre y los bajos ingresos. También si posee o no cobertura médica. El tabaquismo, el consumo de alcohol y drogas, la malnutrición, la anemia, la edad materna extrema de la madre (es decir si es muy joven o añosa, superando los 35-40 años) y las enfermedades que pudieran afectar a la madre durante el embarazo, como infecciones, hipertensión o diabetes”.
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En números
De la cohorte prepandémica, de los 8.437 bebés nacidos en este período, 4.887, es decir, el 57,9% nacieron en hospitales públicos de la Ciudad de Córdoba. Por otro lado, la cohorte pandémica comprendió a 7.492 recién nacidos, de los cuales 4.402, es decir, el 58,7% nacieron en maternidades públicas. Aquí la disminución es del 1,2% en la tasa de nacimientos de muy bajo peso ocurridos en maternidades públicas. Si lo debemos calificar es una disminución significativa. Y es aquí el principal dato: esta disminución se relaciona con que hubo menos nacimientos prematuros en maternidades u hospitales públicos.
“La explicación de este hallazgo es que los cambios sociales ocurridos durante el confinamiento, especialmente la reducción de las horas de trabajo fuera de casa, el estrés laboral psicofísico y de la exposición a las infecciones. Un mayor apoyo familiar, una mayor ingesta alimentaria y la ayuda económica instrumentada a través de la asignación universal por embarazo y la ayuda familiar de emergencia, han tenido el potencial de reducir los nacimientos de bajo peso”, detalla Eduardo Cuestas.
Conclusiones positivas
Los investigadores coinciden en ser el “Lado B” de bueno de la pandemia, porque los cambios sociales que implicaron las primeras fases del confinamiento tuvieron un impacto muy positivo sobre la salud y el bienestar de las mujeres gestantes y en sí de los bebés en gestación y posterior nacimiento, evitando nacimientos de muy bajo peso.
Esta humilde periodista, concluye con un gran llamado a la clase política en no quedarse en las fotos y en programas que llegan a grupos reducidos o enclavados en provincias sin ser parte del resto del país. Que esta investigación sea la base para continuar trabajando y perfeccionando medidas sanitarias sumamente necesarias desde lo socioeconómico y laboral para acompañar y proteger de una vez por todas a las mujeres en su etapa de gestación, parto y postparto.
Contemplando lactancia materna los primeros seis meses y por ende ampliar a un mínimo a cuatro o seis meses la licencia por maternidad, cambiar la ley sobre las licencias por paternidad más amplias y acceso a todos los estudios necesarios y el cuidado en un servicio de Neonatología cuando lo requiera el recién nacido, por nombrar algunos urgentes. Todo esto derivará en ahorrar cifras millonarias que hoy se gastan en salud y proteger desde su concepción a ese futuro ciudadano brindándole mayores oportunidades para su desarrollo.
Para conocer más contenidos, Alejandra García Krizanec en Instagram.