Miramar de Ansenuza encara un resurgir nostálgico tras la bajante de la laguna Mar Chiquita. Las ruinas de la zona que se inundó en 1978 se dejan ver actualmente y son escenario común de habitantes del lugar, turistas y fauna local.
El Doce envió un equipo especial integrado por Francisco Arias, Jorge Safita y Lucio Casalla reflejaron lo que una vez fue un pueblo lleno de vida.
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Desde 2022 a 2023, el descenso de las aguas fue de 70 centímetros, y desde 2017 hasta la actualidad fue de cuatro metros y medio. Esto produjo que hoy se pueda caminar la antigua calle Belgrano, como si fuera un día cualquiera de 1976, por ejemplo.
Silvina, guía turística del lugar, habló con Telenoche y contó que fueron 36 manzanas las que en su momento quedaron sumergidas. "Teníamos casino, eventos, hoteles. En uno de ellos la pista de baile estaba en el mar. Acá había comercios, correo, banco. Hubo gente que perdió todo", rememoró con un dejo de tristeza y melancolía.
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Un flamenco se apresta a emprender vuelo y un turista no se quiere perder detalle. Este escena es común en lo que hoy es la antigua Miramar de Ansenuza. Tan común como caminar en el techo de la vieja iglesia del pueblo, hoy desgastada por el agua y el tiempo.
Ni hablar del célebre Nocherama, otrora cuna de los mejores espectáculos de la zona. Valeria Lynch y Los Iracundos desplegaron sus respectivas baterías de hits. El presente encuentra las 120 butacas del recinto mirando hacia la nada.
En 1992, las demoliciones de algunos edificios para evitar derrumbes fueron las figuras del momento. Gabriela Haas, vecina de Miramar, recordó el suceso pero también una infancia anterior llena de recuerdos vívidos y alegres. "Tengo muchos recuerdos de mi infancia, una infancia linda. Me acuerdo que jugábamos en el parque del Hotel Viena", expresó.
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Proyecto para no olvidar
Junto a cinco compañeras idóneas, Noelani Piacenza encabeza un proyecto que atañe a las ruinas. "Queremos patrimonializar las ruinas porque esto es patrimonio de los miramarenses y de los turistas. La idea de nuestro proyecto es realizar una pasarela a cierta altura para que estén delimitados ciertos puntos en caso de que suba el agua", argumentó.
Con esta iniciativa se sumaría otro interés de una zona que no para de crecer turísticamente. Pero que tampoco olvida lo que una vez fue.