El sábado, Brenda fue sorprendida por su pareja en su casa de Oliva y ella le rogó que se vaya. La respuesta fueron ocho tiros: siete los recibió la joven embarazada y en el octavo el potencial asesino intentó suicidarse. De milagro, la mujer, el bebé de tres meses de gestación y el hombre se salvaron y están internados en el Hospital de Villa María.
Pero la historia no solo terminó con una situación horrorosa. Denuncias por violencia, celos y ataques previos se repitieron en el tiempo hasta llegar a los balazos. "Ni siquiera a un animal se le hace lo que él le hizo a mi hija. Él sabía que estaba embarazada, fue un bebé buscado. Ella pensó que se iba a poner contento y fue al contrario. Era una persona peligrosa. Siempre dijo que la iba a matar", relató la madre de la víctima. Video:
La pesadilla que soportó Brenda incluye una decisión polémica de la Justicia. En marzo, para defenderse de los golpes, la joven agarró un palo de amasar y lo golpeó. Él la denunció y a ella le pintaron los dedos.
"Por haberse defendido de un golpeador a mi hija le pintaron los dedos. Hicimos todo lo posible para que se aleje de ese chico", lamentó la mamá. Video: