Los resultados fueron publicados en la revista Behavioral Neuroscience y se llegó a ellos combinando resonancias magnéticas de padres y la observación de datos conductuales sobre la relación de ellos con sus hijos. Del estudio participaron 52 padres de 30 niñas y 22 niños.
A cada adulto se le dieron aparatos en los que grabaron lo que ocurría entre ellos y sus hijos, unos 50 segundos cada nueve minutos, en un total de 48 horas.
La pregunta inicial fue si los padres tratan de forma diferente a sus hijas y a sus hijos. Y la respuesta a la que se arribó fue que sí. "Cuando una niña llama a gritos o pregunta por su padre, este contesta con más inmediatez que si lo hace un niño", explicó Jennifer Mascaro, autora principal del estudio.
"Tanto desde un punto de vista conductual, como del tipo de lenguaje elegido y en relación con cuánta atención les prestan a sus retoños (...) Parece que las respuestas cerebrales de los hombres están relacionadas con la forma de actuar de diferente manera hacia niñas o niños”, agregó la investigadora.
Con las niñas, los padres cantan más, usan más palabras asociadas a emociones como el llanto o la soledad. En cuanto a los términos relacionados con lo físico usan palabras como "panza, cara, gorda o alta, y usan un lenguaje más analítico".
Por el contrario, con los varones juegan más y usan un lenguaje más relacionado con el poder y cómo mejorar. Predominan palabras como "ganar, súper o llegar a la cima". Según la investigadora, esto habla del papel que juega el inconsciente en las diferencias de género.
El estudio no aclara si las diferencias en el comportamiento de los padres hacia su hijo se deben a un componente biológico, evolutivo, o cultural. "Es importante añadir que el posible sesgo en la conducta paterna no necesariamente tiene una connotación negativa. Son sesgos que pueden estar ahí de forma inconsciente o pueden reflejar los esfuerzos deliberados y motivados", afirman los autores de la investigación.
El estudio se hizo con padres porque existe menos investigación en relación con su comportamiento en la crianza con respecto a las madres. Además, vale aclarar que se trata de un estudio científico, realizado en un contexto cultural determinado, en Estados Unidos, pero no refleja un patrón de conducta parental universal que pueda ser extrapolable a todas las sociedades.