“A mí me pasó, yo no grité, y quizás gracias a eso es que hoy puedo escribir esto y abrazar a mi mamá el domingo en su día”. La joven de 18 años que denunció que fue abusada sexualmente cerca del Kempes tras ser bajada bajo amenaza del colectivo de la línea 71 de ERSA, publicó una intensa carta en sus redes sociales.
Allí descargó su impotencia contra quienes dudan sobre su relato de lo ocurrido el pasado 9 de octubre. “Leí a mucha gente preguntar por qué no grité, por qué no corrí. Gente diciendo que era todo raro. Mujeres diciendo ‘si me hubiese pasado a mí…’. Porque claro, no les pasó”, se lee al comienzo del mensaje.
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A menos de una semana de lo ocurrido, la joven dejó en claro que el no haber gritado puede haberle salvado la vida. Y aseguró que la violación es una pesadilla que vive cada noche: “En la pesadilla no hago nada, en la pesadilla me lleva al río y me viola, en la pesadilla me arrebatan el alma”.
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En su carta también expresó una fuerte crítica relacionada a la lucha de las mujeres contra la violencia de género. “Las mujeres venimos gritando hace años y nadie nos escucha. Gritamos todas juntas en cada marcha y aún así a mí nadie me vio. Sepan ustedes, las mujeres que opinan, que no les pasó porque yo no grité. Porque no grité y ahora estoy acá peleando por ustedes”, escribió.