Luego de recibir el diagnóstico de no poder ser padres por vía natural, Eve y Seba se enteran de la existencia de este bebé por una vecina de barrio Smata. Automáticamente sintieron la fuerte necesidad de conocerlo y apostar a una adopción SIN RÓTULOS. Así llegan a su familia de tránsito y empiezan esta odisea, que a base de voluntad y coraje, pudo concretarse en el 2009.
Afortunadamente el trámite de adopción salió rápido. La necesidad de Joaquín de comenzar con la estimulación temprana a sus tres meses de vida, acelera la marcha de manera muy expeditiva por parte del equipo de adopción.
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De aquel bebé al que su mamá biológica, de procedencia boliviana, dejó con una mantita de lana en la cuna en el Hospital Materno Neonatal han pasado 10 años. Hoy Joaco es un niño pleno por donde se lo mire, va a la Escuela Especial Carolina Mosca de Alta Gracia.
Sin embargo, su caminito fue largo y perseverante: arranca su estimulación en APADIM y aún sigue apoyándose en un gran equipo de profesionales: fonoaudióloga, kinesiologa, psicomotricista, psicóloga, terapia ocupacional, psicopedagoga y rehabilitación en el agua en fundación Espacios.
Eve Marzano, su mamá, está muy familiarizada con las personas con discapacidad, ya que es profesora de educación especial con orientación en baja visión y ceguera y profesora de música en la Escuela Especial Paulina Domínguez donde asisten niños con discapacidad motriz e intelectual.
El apellido de Joaquín valga la paradoja es “AMOR”, eso irradia e inspira. Sus padres no conciben la vida sin este nene que desde el primer minuto que tuvieron en brazos sintieron de la familia. Video:
Acerca del juicio de adopción
Cuando uno hace los trámites en el registro de adopción, te entregan en primera instancia una “guarda provisoria con fines preadoptivos”, que dura aproximadamente un año. En ese período de tiempo, el equipo técnico de adopción supervisa la vinculación y cómo se incorpora el niño a la familia: deben asistir a entrevistas asiduas, ver a la psicóloga, a la asistente social y son monitoreados muy de cerca.
Si el equipo técnico valora una adaptación positiva, se otorga la guarda definitiva que habilita a iniciar el juicio de adopción. Generalmente en nuestro país demora de dos a tres años y resulta, dicen más de una vez, tedioso en lo emocional (hay que presentar testigos, justificar absolutamente todos los progresos o no del niño y solventar los gastos económicos por motus propio).
Cristina Laura Boyallian fue la abogada que los acompañó en el juicio. Además es psicóloga, por lo que su mirada fue muy integral para acompañar a los padres adoptivos de Joaquín, que están convencidos que sin una visión tan humana de la situación, las cosas hubieran sido muy diferentes.
Este juicio se hace para ganar el apellido de los padres adoptivos y así poder tramitar la nueva partida de nacimiento y el DNI.