Pedro Sabo, el padre del kiosquero de 45 años asesinado en un asalto en su negocio de Ramos Mejía, habló e indignado dio un duro reclamo contra las autoridades nacionales por el crimen de su hijo.
En medio de la movilización que hicieron los vecinos, el hombre acusó al Gobierno de “largar a los chorros y a todos los asesinos”.
“Quiero agradecer a Alberto (Fernández) y Cristina (Kirchner) que largan a los chorros, a todos los asesinos y matones a matar a gente buena a la calle. ¡Gracias Alberto y gracias Cristina!”, señaló en diálogo con TN.
Mientras los vecinos protestaban y exigían justicia, el padre del joven asesinado de un disparo por una pareja de delincuentes, recordó los dichos de la conductora Susana Giménez y pidió la pena de muerte: “Al que mata hay que matarlo. Pena de muerte a los delincuentes”.
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Leandro Daniel Suárez, el acusado de asesinar al kiosquero, Roberto Sabo, tiene un fuerte antecedente penal.
El hombre de 30 años con domicilio en Fuerte Apache, fue arrestado junto a una menor de 15 años por el hecho.
Este delincuente había dejado la cárcel el 13 de agosto de 2020, a donde ingresó en 2014. Había cumplido una condena de cinco años y diez meses por los delitos de hurto con escalamiento en grado de tentativa y robo a mano armada.
Así, con su pena cumplida, se retiró y 14 meses más tarde volvería a robar y matar, según la acusación en su contra. Hoy será indagado por el crimen de Sabo, en una investigación a cargo del fiscal Federico Medone.
Según confirmaron investigadores judiciales, Suárez es el principal sospechoso de ser el autor material del asesinato de Sabo, el tirador. La menor que cayó con él, aseguran las mismas fuentes, es su novia, o su posible víctima.
El hecho ocurrió el domingo, pasadas las 14 a tres cuadras de la Comisaría 2° de Ramos Mejía. Sabo, padre de dos hijos de 18 y 25 años, atendía su kiosco y fue sorprendido por la pareja de delincuentes armados que intentó asaltarlo, le disparó y lo mató con un disparo en la cabeza.
En medio del crimen del comerciante, pasó algo insólito e indignante, ya que uno de los patrulleros enviados al lugar se quedó sin nafta.
Los oficiales tuvieron que bajarse del vehículo y junto con la ayuda de los vecinos empujar el móvil.
La gente del lugar, filmó el video y se escuchaba la queja: “No anda ni un patrullero en un asesinato”, “Da vergüenza”, se escuchaba decir a muchos de los vecinos.