“Enviado a la basura” es el nuevo informe que realizó el Fondo Mundial para la Naturaleza en conjunto con una de las cadenas de supermercados más grandes de Reino Unido, en el cual revela a través de una cuantificación mundial que el 40% de la cantidad total de alimentos cultivados en el planeta, terminan en la basura.
El trabajo aporta las siguientes cifras: 2.250 millones de toneladas de alimentos no se llegan a consumir cada año en el mundo, lo cual implica un aumento de aproximadamente 1.000 millones de toneladas más por sobre las cifras que se habían establecido con anterioridad.
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En el informe se combinan datos actualizados sobre la pérdida en las cadenas de suministro y el desperdicio en el comercio minorista y el consumo. Mientras en el análisis de los factores que contribuyen a la pérdida de alimentos, se descarta la creencia arraigada de que la pérdida de alimentos en las granjas es un problema únicamente en las regiones menos ricas y con niveles más bajos de industrialización; por el contrario, los resultados muestran que las perdidas per cápita en las explotaciones agrícolas son generalmente más altas en las regiones industrializadas.
“Más del 50 por ciento de los alimentos que no se consumen se pierden en las granjas, pero esto no es solo un problema en las regiones en desarrollo. Nuestro trabajo nos demostró que se pierden más alimentos en las granjas per cápita en cadenas de suministro muy avanzadas como Estados Unidos y Europa”, destacó Pete Pearson, líder de la iniciativa mundial de pérdida y desperdicio de alimentos del fondo.
Más pérdidas y más impacto ambiental
La agricultura utiliza el 70% de toda el agua que se usa en el planeta, para la producción de alimentos.
Para producir alimentos que satisfagan las necesidades diarias de una persona se requieren 3.000 litros de agua.
La producción no solo precisa de agua, también requiere de gran cantidad de tierra y de energía. Esto implica, en cadena, impacto ambiental, calentamiento global y crisis climática.
El estudio del Fondo y Tesco demuestra que, a partir de los mayores desperdicios, existe una contribución de gases de efecto invernadero de, aproximadamente, el 10 por ciento de todas las emisiones, lo que es equivalente a casi el doble de las emisiones de gases producidas por todos los vehículos de Estados Unidos y Europa en un año.