En la noche de este miércoles, una mujer de 32 años recibió un disparo en la nuca en un asalto en la ciudad de Rosario. Salió a la vereda mientras hablaba por teléfono con su pareja y fue sorprendida por dos delincuentes.
Cuando intentó entrar a la vivienda, no pudo cerrar la puerta y entonces uno de los atacantes, ya adentro, le disparó desde atrás. La bala entró por la nuca y salió por el pómulo de la mujer, quien está internada en el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez con respirador artificial.
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El suegro de la víctima se encontraba bañándose cuando escuchó disparos. Salió de la ducha y la encontró en el piso del comedor sangrando. En ese momento, se percató de la falta del celular, que se habrían llevado los ladrones.
A casi 400 kilómetros de distancia, su pareja Ezequiel escuchó todo por teléfono. Los ladrones le dispararon a su esposa a quemarropa en la nuca justamente para quitarle el teléfono móvil en presencia de su pequeño hijo de 5 años, que se escondió debajo de las sábanas de la cama.
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Ezequiel recordó a la prensa que charlaban sobre una planta, un aloe vera, cuando de pronto Ana comenzó a gritar: “No, no”.
“Le digo 'Amor, amor' y no me contestaba. Lo último que escuché fue la detonación, una explosión, un disparo y después de eso un profundo silencio. Y me agarró una desesperación”, contó.
Ezequiel estaba fuera de Rosario por trabajo, a unos 380 kilómetros. Habló de la impotencia que lo inundó. “Quiero verla y pedirle perdón que no estaba para defenderla. Paré el camión en la banquina y no sabía qué hacer, me temblaban las piernas, estaba paralizado”, confesó el hombre aterrorizado.