Dormimos con ellos, comemos, los tomamos de la mano y compartimos nuestros secretos más íntimos. Y no estamos hablando de nuestras parejas, estamos hablando de ese pequeño aparato con el que tenemos más contacto que con cualquier otro objeto en nuestra vida diaria. Tanto que ha pasado a ocupar el lugar de cosas y personas.

(Foto: Banksy)
Aquellos que tienen entre 18 y 24 años consultan el celular más de 80 veces por día. El resto, casi 50 veces por día. Muchas de esas vistas las tenemos mientras estamos con quien amamos. Y allí comienza el problema.
El conflicto ha crecido tanto que ya tiene nombre propio: phubbing. El término proviene del inglés y es una mezcla de la palabra phone (teléfono) y snubbing (desaire) lo que vendría a representar el acto por el cual alguien ignora a otro por usar el celular.

La primera lectura que uno hace de quien está mirando su celular en vez de mirar los ojos del interlocutor es que lo que ofrece el móvil es mucho más interesante que lo que pasa en su vida real. Cuando eso pasa con la pareja estamos en verdaderos problemas. Sin embargo, pasa en todos los ámbitos: laboral, con amigos, con conocidos o en cualquier lugar donde interactuamos con otros.
En 2016, la revista Psychology of Popular Media Culture publicó un estudio que aseguraba que el 70 por ciento de las mujeres aseguraron que los smartphones afectan negativamente su relación. El principal problemas: contestar mientras conversan. “¿Me estás escuchando?”, es la pregunta más frecuente ante estas situaciones.
También pasa en los hombres. En una encuesta sobre hombres, el 46 por ciento de los encuestados reconoció que sus parejas los ignoraban por el uso de celular.

¿Y en Argentina? Según un estudio realizado por Pew Research Center, el 42% de los jóvenes de entre 18 y 29 años reconocen en la tecnología una distracción y una causa de conflicto en la pareja. A medida que ascendemos en los grupos etarios el conflicto disminuye.
Sin embargo, hay un dato esperanzador, en la encuesta apareció un nuevo grupo. Se trata de los que ven en la tecnología una nueva forma de comunicarse. El 9 por ciento de los entrevistados resolvió problemas vía WhatsApp de temas que no se animaban a hablar personalmente.
Todos nos damos cuenta pero no sabemos cómo solucionarlo. Como siempre el diálogo es la mejor manera de solucionar cualquier problema. Si aceptamos que tenemos un problema ya hemos dado el paso más importante. La pregunta es, ¿qué hacemos al respecto?.
Los especialistas dan una serie de recomendaciones que pueden ser útiles:
- Zonas sin celular. Quizás sea de las normas más difícil de aplicar pero muy efectiva. Un buen ejemplo sería la mesa del comedor. Cuando cenamos se deja el celular.
- Comprate un reloj. Es increíble pero real. Si no necesitamos el celular para despertarnos deberíamos dejarlo bien lejos para evitar que sea nuestro último contacto antes de dormir. En vez de chequear las notificaciones de Twitter, Facebook o Instagram, le preguntamos a nuestra pareja: “¿qué tal tu día?” y hasta seremos capaces de tener contacto físico.
- Hablá y levantá la mirada del celular. Se puede descubrir un mundo nuevo y se pueden afianzar las relaciones que necesitan de un estar presente para funcionar. Y si tenés que utilizar el teléfono explicá porqué. Por ejemplo: “estoy respondiendo un mensaje del trabajo”. Los límites se negocian.
En la web hay múltiples páginas que promueven “Stop Phubbing” y hasta proponen escrachar a quienes no puedan evitarlo. La página stopphubbing.com brindan todas las herramientas para combatirlo y hasta afiches para poner en lugares públicos que busquen el encuentro cara a cara.
