Lázaro dejó el Hospital de Niños de Córdoba después de superar el diagnóstico de lesiones irreversibles con el que había ingresado hace 40 días por un ataque en patota. Acompañado por sus padres, el adolescente expresó: "Estoy bien, feliz de poder irme a mi casa".
El chico de 13 años fue víctima de una brutal agresión el 12 de noviembre pasado en la plaza Jerónimo del Barco. Los golpes más delicados los sufrió a nivel cerebral, explicó la familia.
Luego de recibir el alta, Lázaro comentó que tendrá que seguir yendo al hospital para rehabilitación pero no pudo ocultar su felicidad por la posibilidad de reencontrarse con sus hermanos y sus abuelos.
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Sobre el ataque cometido por un grupo de menores, la víctima dijo que recuerda "algunas cosas". Además aseguró que "no los conocía de ningún lado" a los agresores, de los cuales uno solo (de 14 años) fue alojado en el Complejo Esperanza.
"Vivía yendo a la plaza de chiquito y nunca me había pasado nada", afirmó Lázaro mientras se retiraba del Polo Sanitario de la capital con una sonrisa dibujada en su rostro.
Su papá Fabián advirtió que vivieron "un proceso muy largo" y declaró: "Tenerlo conmigo, estar acá con él es algo que no lo puedo explicar".
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"Es un milagro después de todo lo que nos dijeron los primeros días", consideró el papá, quien indicó que el adolescente tiene por delante al menos cuatro meses de rehabilitación, sumado a los cuidados que necesita.
Con respecto a la causa judicial y la situación de los agresores, manifestó: "Que se haga justicia, porque no puede ser que mi hijo termine como terminó y los chicos estos están en la calle".
Mariela, la mamá de Lázaro, reflexionó en vísperas de Navidad y afirmó que tendrán la "mejor de todas, con toda la familia". "Todos reunidos es lo mejor que puede pasarnos", concluyó.