Micaela García fue violada y asesinada a la salida de un boliche en abril de 2017, en la localidad entrerriana de Gualeguaychú. Su cuerpo fue hallado en un descampado una semana después. Sebastián Warner es el principal acusado y fue condenado a prisión perpetua. El agresor debería haber estado tras las rejas por abusar de otras dos jóvenes, pero el juez de Ejecución de Entre Ríos Carlos Rossi le otorgó la libertad condicional.
Pasaron tres años de aquel femicidio que conmocionó a Argentina y por el que sancionaron la Ley 27.499 que establece la capacitación obligatoria en género y violencia de género para todas las personas que se desempeñan en la función pública, en los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial de la Nación.
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Sin embargo, otra resolución judicial vuelve a causar indignación: el Tribunal Superior de Justicia de Entre Ríos ordenó liberar a uno de los condenados. Se trata de Néstor Pavón, exjefe del femicida Warner, acusado a cinco años de prisión por encubrir el crimen. Pavón limpió el auto en el que habrían trasladado a la víctima y ayudó a su empleado a escapar de Buenos Aires.
Los fiscales que investigan el femicidio solicitaron -presentaron un recurso extraordinario federal- que fuera condenado como coautor, calificación que tiene una pena mucho mayor. La Corte Suprema de Justicia de la Nación deberá resolverlo.
Por su parte, la defensa de Pavón pidió que fuera excarcelado ya que la condena aún no está firme y porque ya cumplió más de dos tercios de la pena.