La muerte de Gabriela Pérez (24) conmocionó a Córdoba y dejó en evidencia la mafia detrás de los sindicatos. Sergio Fittipaldi, secretario gremial del Soelsac, y Franco Saillén, dirigente del Surrbac, quedaron en medio del crimen sindical con denuncias cruzadas por las responsabilidades.
Tras cuatro días sin hablar, Fittipaldi emitió un comunicado en el que incriminó a Saillén y aseguró que “la muerte de Gabriela se podría haber evitado”. También denunció otros ataques por parte del Surrbac hacia su persona, uno incluso el día antes al asesinato de la joven trabajadora.
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“El atentado estaba dirigido a mi persona y trágicamente acabó con la vida de nuestra compañera Gabriela”, insistió. En ese sentido, su abogado Alexis Kohmann expresó en Arriba Córdoba que “no fue un autoatentado sino que fue un atentado en contra de su vida y del sindicato”.
Según dijo Fittipaldi, el asesinato fue “el trágico desenlace de numerosos actos de violencia encabezados por el grupo liderado por Franco Saillén con el objetivo de sembrar un escenario de pánico y caos entre los trabajadores que nuclea el Soelsac”.
Sergio Fittipaldi, secretario gremial del Surrbac.
En la misma línea, apuntó al dirigente del Surrbac como una persona con “accionar incoherente” y que, pese a que tiene un discurso a favor de los afiliados, lo que hace es "enriquecerse a costa de los trabajadores y trabajadoras".
Además, remarcó los antecedentes criminales que tiene y expresó: “Es una persona que cuenta con graves antecedentes delictivos como el de tenencia ilegal de arma de guerra y el de lavado de activos en la causa federal del SURRBAC, donde se investigan los delitos de asociación ilícita, usura agravada, lavado de dinero y administración fraudulenta”.
“Es decir se apropiaba de los fondos de los afiliados a la entidad sindical en beneficio propio y personal”, sumó y analizó que “el fingido interés (de Saillén) por la muerte de Gabriela y el bienestar de su familia esconde otros lucrativos intereses”.
+ Foto: Fittipaldi momentos antes del crimen:
“Otro ataque”
El secretario gremial del Soelsac había hecho denuncias previas ante la Justicia por ataques que había sufrido de parte de, según su relato, Franco Saillén. En el comunicado relató un hecho más del que fue víctima el viernes 8 de septiembre, un día antes al crimen sindical.
“El pasado viernes sufrimos otro ataque en nuestra sede a plena luz del día por parte de al menos 16 personas con camperas del Más Soelsac de Saillén”, apuntó Fittipaldi y aseguró que las personas que lo hicieron están “vinculadas al narcotráfico y asalto a mano armada a un banco en Santa Fe”.
Franco Saillén, dirigente del Surrbac.
“Insultaron, amenazaron de muerte y arrojaron piedras a los afiliados que se encontraban en la puerta de la institución, por lo que nuevamente formulamos la denuncia penal correspondiente ante la Fiscalía del Distrito 1, Turno 6, de esta ciudad”, relató y contó que “tan solo un día después se produjo el asesinato de Gabriela en el club Yapeyú”.
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Según precisó Fittipaldi, los videos de ese ataque se presentaron “ante la Justicia y los medios de comunicación”. “Es la clara muestra de que lo sucedido el sábado responde a la escalada de violencia del grupo dirigido por Franco Saillén, y no a las numerosas especulaciones sin sentido que circulan por las redes y los medios de comunicación”, sentenció.
Por último, sostuvo que “la vinculación de Saillén y estos delincuentes mafiosos, con prácticas de sicariato, puede encontrarse incluso en sus redes personales y en las de Más Soelsac de Saillén”.
Acerca de los hechos previos denunciados por el dirigente del Soelsac, su abogado subrayó que solicitaron protección para Fittipaldi y la “la garantía de ciertos derechos que no fueron dados por el Poder Judicial”. “El desenlace que se tuvo o cualquier otro hecho de violencia se podría haber evitado”, agregó y apuntó contra la fiscalía que investigaba los ataques porque “archivó la denuncia que había efectuado Fittipaldi enumerando muchos hechos”.
Finalmente explicó que el secretario gremial no habla ante los medios porque “al tratarse de un atentado contra su vida está muy conmocionado”. También dijo que no lo hace por respeto a la familia de Gabriela y por una “cuestión de precaución y cautela ante un proceso judicial que se está llevando adelante”. “Él quiere que se esclarezca la verdad. Si brindara declaraciones estaría condicionando el accionar de la Justicia”, concluyó.