“Es terrible no poder hablar ni saludar a tu hijo. Que cuando te mire, haga un gesto con la mano mirando a su mamá con miedo”, expresó Gabriel Sap, quien hace seis años no puede ver a su hijo debido a que la expareja no le permite tener contacto.
El hombre tiene una denuncia por violencia de género. El próximo año inicia el juicio y podría ir preso. La Justicia determinó el impedimento de contacto para con la mujer, pero no así con el nene. Sin embargo, el régimen de visita no se cumple.
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Cansado de seguir un proceso judicial que no lo lleva a ninguna parte, decidió esperar a que sea mayor de edad. “Perdí toda su infancia. Nunca pude participar de actividades escolares y cuando lo hacía me sacaban con la Policía. No puedo exponer a un nene a estas situaciones”, agregó resignado.
Además, Sap relató que aquel año en que lo veía esporádicamente, su hijo le pedía perdón y le decía: “'Vos perdóname pa, pero yo tengo que decir lo que ella me pide que haga'”.