La situación de Matías Ochoa, el repartidor de garrafas de gas al que intentaron robarle en manada y se defendió a los tiros, estaría a punto de aliviarse. El fiscal Pedro Caballero explicó que todo indica que actuó en legítima defensa.
El hecho ocurrió el mediodía del miércoles 17 de julio en barrio Cooperativa Güemes, en una zona conocida como El Pocito. Hasta el momento hay siete jóvenes imputados por el ataque delictivo: cinco hombres y dos mujeres.
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Tras las pruebas de video y testimonios reunidos, los peritos a cargo del caso coinciden en que el garrafero respondió de esa manera para defenderse. Además, desde el primer momento el trabajador aseguró que la pistola que utilizó era de uno de los delincuentes a quien logró arrebatársela durante un forcejeo. Sin embargo, todavía no pudieron encontrar el arma y es una cuestión clave a resolver para determinar el sobreseimiento.
En la grabación del ataque que se hizo viral se observa que la patota estaba armada con cuchillos y palos. De hecho, tanto el repartidor como su compañero de trabajo terminaron con varias heridas por golpes y cortes.
Por otra parte, el fiscal Caballero aseguró que se solicitó custodia policial durante las 24hs. en la casa de Ochoa desde que se inició la investigación, que en el comienzo estuvo a cargo del fiscal Víctor Chiapero por la feria judicial.
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El trabajador confesó que está aterrorizado tras lo ocurrido y tiene miedo de represalias. Algunas versiones indicaron que pasó varios días sin custodia en su hogar, por lo que Caballero se mostró molesto y pidió que la seguridad del denunciante sea garantizada. VIDEO:
Si bien el fiscal imputó al distribuidor de garrafas de gas por lesiones leves, ya que le dio un balazo en la pierna a uno de los delincuentes, dio a entender que están cerca de confirmar la legítima defensa. En ese caso, el trabajador sería sobreseído y los atacantes podrían ser enviados a la cárcel de Bouwer con prisión preventiva.