Este jueves Juan Schiaretti, gobernador de la provincia de Córdoba, hizo positivas declaraciones en medio de la lucha contra la pandemia: destacó la situación de las ciudades del interior que no tienen casos de coronavirus y aseguró que en la Capital, “sin cantar victoria, el brote está controlado”.
En ese contexto, gastronómicos de “zonas blancas” sienten que este es su momento y piden anuncios urgentes que les permitan volver a trabajar lo antes posible.
En varios municipios que jamás tuvieron casos de COVID-19 o que ya llevan semanas sin tenerlos, dueños de restaurantes y bares se organizaron para establecer protocolos y enviarlos a las autoridades locales. Por lo tanto, están a la espera de la respuesta del COE (Centro de Operaciones de Emergencia) correspondiente a cada región, y aguardan tener el visto bueno.
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El reclamo general del sector describe una situación crítica, en muchos casos al borde del cierre y con el riesgo de dejar a trabajadores sin empleo. “Entendemos la prevención, nos parece bárbaro. Pero necesitamos abrir porque nos estamos fundiendo”, indicaron a El Doce.
En ciudades como La Falda, sin casos registrados hasta el momento, comerciantes se agruparon para realizar un reclamo conjunto y que la Municipalidad interceda ante las autoridades de Salud. Cuestiones similares se presentaron en las Sierras Chicas y en otras localidades, como , incluso no descartan organizar una movilización si no obtienen noticias positivas en las próximas horas.
También hubo municipios que fueron aún más allá, como Río Tercero: el intendente Marcos Ferrer, además de pedir la habilitación para que puedan volver los locales gastronómicos, también extendió la solicitud para jardines maternales y gimnasios. En Cruz del Eje, por otra parte, tienen la concreta esperanza de que a partir del lunes 1 de junio puedan reabrir.
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“Nuestros ingresos son nulos desde mediados de marzo. Que nos dejen abrir no nos va a salvar, pero al menos es un paliativo”, comentó Gustavo Bonelli, referente del sector en el Valle de Punilla, y remarcó además que los empleadores, más allá de abonar sueldos, también se ven en problemas por los alquileres y los altos costos de los servicios, a pesar de tener los locales cerrados.
Tras 70 días de cuarentena y con trabajadores a cargo, los comerciantes gastronómicos aceptan las restricciones de distanciamiento social, pero exigen medidas inmediatas..
Los puntos básicos de los protocolos
Por lo general, comerciantes consultados explicaron que los protocolos se elaboraron teniendo en cuenta los ya aprobados en otras provincias como Jujuy o Mendoza. Eso incluye:
-Capacidad al 50 por ciento, con distancia entre las mesas e incluso la posibilidad de agregar mamparas o separadores en caso de ser necesario.
-Puertas/zonas diferenciadas para el ingreso y la salida de los clientes.
-Restricción de horario (aunque aseguran que eso podría llevar a que más personas se acumulen).
-Alcohol en gel en las mesas.
-Controles de temperatura en los ingresos y personal que evite superar la capacidad permitida.