Eran las 20:30 del domingo, cuando una mujer de 38 años llegó a la vivienda de su hermano, Guillermo Oviedo (53), ubicada sobre Catamarca 1000, en barrio Obrero de la localidad de Río Cuarto, y una escena escalofriante la sorprendió: lo encontró muerto en la cocina en medio de un carcho de sangre.
El hombre, que realizaba trabajos de desmalezamiento en la ciudad, fue asesinado de dos balazos en la cabeza, según determinó el informe preliminar de la autopsia que le realizaron al cuerpo en la morgue judicial.
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Walter Huerta, comisario mayor de la Departamental de Río Cuarto, indicó que no se trató de un crimen seguido de un robo, ya que la familia aseguró que no faltaba ninguna pertenencia de Oviedo. Sin embargo, no descartan ninguna hipótesis.
Este lunes detuvieron a un hombre acusado de ser el sospechoso del asesinato. Mientras tanto, la fiscalía de turno y Policía Científica continúa investigando para esclarecer el dramático hecho, caratulado como homicidio agravado por el uso de arma de fuego. Aún no apareció el arma de fuego utilizada.