Momentos de terror se vivieron en un colectivo urbano de ERSA en la noche del jueves. Delincuentes se subieron en el centro y, sobre Av. Colón al 4800, sacaron sus armas y amenazaron al conductor para que desvíe el recorrido.
El chofer se negó y lo balearon a quemarropa, aunque el tiro de milagro sólo le rozó la pierna. Los ladrones asaltaron a varios pasajeros y huyeron.
“No pude dormir, la cabeza me estalla por todo lo que pasó”, relató todavía abrumado Hernán Avendaño, quien estuvo al volante y evitó que todo pase a peor. “Venían a robar y a matar, si yo no hacía algo asesinaban a un pasajero”, aseguró.
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Además también se mostró consternado por el sufrimiento que pasó su familia, que luego del tremendo hecho no sabía si lo habían matado. “Mi esposa está delicada del corazón y tuvo que soportar esto”, contó.
En diálogo con El Doce, el chofer afirmó que los ladrones “no dudaron” en pegarle un tiro cuando él se resistió a cumplir sus órdenes. “Mi familia está destruida y yo estoy colapsado”, cerró la conversación casi al borde de las lágrimas por la angustia e impotencia.