Quienes fueron a la fiesta de Halloween en el Predio Bosque Norte describieron la escena como un descontrol. Los testigos aseguraron que las estampidas y las corridas podrían haber terminado en una tragedia.
Una de ellos fue Candela, una adolescente de 17 años que vivió en carne propia los peligros que se sucedieron la noche del sábado en la zona de los boliches del Chateau. En diálogo con Telenoche, detalló su experiencia, que pudo haber concluido de la peor manera.
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"Entré a la Halow a las 23:30. Tipo 1 iba caminando y me llevé puesto un tacho. Me lo clavé en la rodilla y me caí al piso", expresó en el living de su casa. Cabe aclarar que el "tacho" al que la joven se refiere era para depositar basura. Se trataba de uno de los cestos de 200 litros de hierro filoso pintados de negro, los que suponían un peligro para cualquier asistente de la fiesta.
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"Me di cuenta que tenía un corte, llamé a mis amigas y vinieron los paramédicos", explicó la adolescente, con el corte de diez puntos todavía visible en su pierna. La herida podría haber sido peor ya que por poco no se le cortó un tendón, lo que podría haber conllevado una lesión de mayor gravedad.
De acuerdo al testimonio de Candela, trató de llamar a su papá, pero no tenía señal por la gran cantidad de gente presente en el evento. Algunas versiones indican que en el predio hubo 25 mil personas, alrededor de 10 mil más de lo permitido.
"En un momento le dije a una amiga que me trajera agua porque me sentía mal. Cuando fue hasta la barra a pedir, le querían cobrar 500 pesos por una botellita de medio litro", manifestó.
Una vez que le dieron los primero auxilios entre la multitud, la trasladaron en camilla hasta una carpa que estaba al lado de las ambulancias. De ahí la llevaron hasta el Hospital de Urgencias junto a su hermano y a su papá, que había arribado minutos antes.
En el mencionado centro de salud no la recibieron y fue hasta el Hospital Ferreyra, donde finalmente recibió la atención médica.
Con respecto al control en las edades de los asistentes, Candela aclaró que ella entró sin ningún problema a pesar de tener 17 años. Su hermano, que también es menor de edad, ingresó al evento sin reparos.
Por el lado del padre de la adolescente, afirmó estar "evaluando hacer una denuncia para que no vuelva a suceder". Y concluyó: "Fue una desgracia con suerte".