Un llamado alertó a la Policía sobre un crimen en una casa abandonada de la localidad de San Martín, en Mendoza. El cuerpo del hombre estaba en el piso, boca abajo y vestido de la cintura para arriba.
Se trataba de José Fernando Busto Vega, un hombre de 54 años que vivía en la calle y solía dormir en ese lugar.
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El cuerpo estaba destruido, en parte por el estado avanzado de descomposición, pero además uno de sus brazos se encontraba separado y la parte superior del cráneo estaba aparentemente comida por animales.
Además, tenía un palo en el interior de la cavidad anal, por lo que todo indicaría que fue una venganza.
Una fuente policial confirmó a Télam que el hombre había sido imputado por abuso sexual agravado en el año 2016 y denunciado nuevamente el año pasado por abuso sexual simple.
Hasta el momento, ninguno de los vecinos cercanos pudo aportar datos que ayuden a esclarecer lo ocurrido.