El ex obispo de Orán fue imputado por abuso sexual continuado agravado a dos seminaristas, al parecer, mayores de edad. Gustavo Oscar Zanchetta había sido nombrado obispo en esa humilde localidad de Salta por Francisco en 2013 y en 2017 lo trasladó al Vaticano con un alto puesto administrativo.
El escándalo envuelve otra vez a la Iglesia Católica porque sospechan que Francisco y las demás grandes autoridades habrían sabido de las acusaciones que ostentaba el religioso.
Zanchetta, que renunció a su puesto de obispo en 2017 y pocos meses después fue designado por el Papa como asesor de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica –puesto que hasta entonces no existía-, llegó esta semana a Argentina y se le prohibió salir del país, por lo que no podrá regresar a Roma.
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Este jueves se negó a declarar ante la fiscal Mónica Viazzi. Los abusos sexuales por los que fue imputado ocurrieron cuando era obispo en Orán, según las denuncias.
Además de esta causa judicial, Zanchetta también enfrenta una investigación canónica que incluye abuso de autoridad y malversación de fondos. El 12 de junio deberá someterse a una pericia psicológica y le prohibieron acercarse a las víctimas y sus familias.
El Papa Francisco admitió en una entrevista en mayo de este año que el ex obispo estaba siendo investigado. Desde el Vaticano aseguraron que conocieron las acusaciones varios meses después de su nombramiento. Sin embargo, el ex vicario Juan José Manzano reveló que la Santa Sede sabía de los abusos desde 2015.
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De hecho, aseguran que Zanchetta pidió la renuncia como obispo a fines del 2016 porque sabía que iba a ser denunciado, aunque de manera oficial el religioso argumentó razones de salud. En 2017 el Papa aceptó su renuncia, pero al poco tiempo lo nombró consejero de la “inmobiliaria del Vaticano”, que administra unas 5 mil propiedades de la Iglesia alrededor del mundo.