Septiembre de 2021. Gisela, una repartidora de una conocida casa de comidas, llegó con su moto para entregar un pedido en boulevard Chacabuco al 35, en barrio Nueva Córdoba. En ese momento, fue abordada por un policía que le recriminó haber circulado media cuadra en contramano.
Una vez que detuvo a la trabajadora, le pidió los papeles del rodado y, a partir de allí, se sucedió un confuso episodio que provocó un violento cruce entre el uniformado y la mujer y la intervención de aún más efectivos de la fuerza.
El saldo dejó a la delivery demorada en una comisaría y al vehículo secuestrado. Una vez que la repartidora recuperó su libertad, denunció al cabo que la había detenido. Luego de siete meses, el fiscal Iván Rodríguez imputó al oficial en cuestión por el delito de abuso de autoridad.
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“Fue un claro hecho de abuso policial. Es el típico caso de cómo se inventa una causa tras lo que debió haber sido un simple operativo callejero de policías”, reveló el abogado de la denunciante, Carlos Nayi, a La Voz.
Por su parte, la mujer continúa imputada por resistencia a la autoridad y lesiones leves, por lo que la investigación continuará para esclarecer qué pasó realmente aquella noche de septiembre de 2021.