Policías que investigaron el crimen de Fernando Báez Sosa (18) declararon cómo fue el momento del allanamiento en el que detuvieron a los acusados de asesinar al joven en Villa Gesell. Los peritos coincidieron en que los rugbiers imputados "se mostraban muy risueños".
Uno de los más complicados es Máximo Thomsen, quien en el cierre de la primera semana del juicio, fue señalado como el responsable de inculpar a Pablo Ventura, un joven que ni siquiera estuvo en la ciudad balnearia en el momento del ataque.
A su vez, un hombre que participó como testigo del procedimiento de Policía Científica explicó que en el procedimiento Thomsen "se puso a vomitar". Sobre el más complicado de los acusados, señaló: "El único que noté que estaba nervioso era el grandote, musculoso, creo que tenía bigote".
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Hugo Vázquez, uno de los peritos, relató que "en el momento del allanamiento no sabíamos de quién era cada prenda entonces pedimos autorización para individualizar: lo que hicimos fue preguntar y ‘sus dueños’, respondían".
"Ellos se mostraban muy risueños. No tenían objeción al responder. Es más, tuvimos que llamarle la atención varias veces para que no se rieran, porque nosotros estábamos trabajando en algo serio", agregó el efectivo sobre el operativo de ener de 2020.
Reconocimiento de prendas
Según detallaron, los peritos fueron ingresando a distintos sectores de la casa junto a los acusados y les iban mostraron la evidencia para identificar a quiénes correspondían. Exhibieron camisas y zapatillas, entre ellas una con manchas de sangre.
Los investigadores expusieron con fotografías los distintos elementos secuestrados en el alojamiento de los rugbiers. Además describieron las pericias desarrolladas en todo el inmueble.
El jucio reanudará el próximo lunes en los tribunales de Dolores. Entre los testigos se presentará la médica de la ambulancia que llegó hasta el lugar donde atacaron a Fernando, frente al boliche Le Brique.