Una familia vivió un calvario culpa de los delincuentes. En la aparente tranquilidad del barrio privado ubicado en el camino a 60 cuadras, dos ladrones se hicieron pasar por empleados de Aguas Cordobesas y entraron a una de las casas.
Allí el primer dato llamativo: pese a que en la puerta piden los datos de cualquier persona que intente ingresar, los delincuentes pasaron el control. Al llegar a la vivienda, redujeron al dueño y comenzaron a desvalijarlo.
Cuando lo hicieron subir a la planta alta, el hombre forcejeó y a uno de los ladrones se le escapó un tiro que le dio en la cabeza. Por milímetros, la bala no lo hirió de gravedad y, entonces, decidió hacerse el muerto para evitar que lo rematen.
Con una caja fuerte que tendría 8.000 dólares y algunos elementos más, entre los que estaba una Bersa calibre 22 del dueño de casa, huyeron. Minutos después la víctima llegó a una clínica privada, recibió curaciones y regresó al country, en donde se encuentra fuera de peligro, al menos en cuanto a su salud.