El ladrón ingresó como un cliente más y caminó hacia una cajera. Apoyó la hoja de papel en el vidrio con la amenaza y le mostró una pistola. "Esto es un asalto, dame toda la plata", decía el mensaje.
Sin llamar la atención, actuó con mucha seguridad y calma. Le dio el tiempo a la cajera para que saque un poco de efectivo y se lo entregue. No hubo gritos, escenas de pánico y todo fue muy rápido.
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Sin embargo, la empleada alcanzó a tocar el botón de la alarma pero para cuando los policías reaccionaron el ladrón ya se había ido con unos 1500 pesos.
No es el primer robo con esta modalidad. En 2015, se conoció caso de Alejandro Cardozo. El hombre de 29 años asaltó cuatro sucursales con el mismo método. Entraba y amenazaba a los cajeros. "Esto es un asalto. No hables. Pasame la plata en silencio o se pudre todo. Y estamos re locos y jugados”.