Johana pudo superar la adversidad pero aún calan hondo esos recuerdos. “Sufrí mucho, pero no teníamos casa y siempre usurpábamos”, recordó sobre su infancia allá por el 2006, cuando fue noticia.
En aquella oportunidad, todos los medios nos apresuramos por contar la increíble historia de esa niña que, durmiendo en un solo colchón junto a sus seis hermanos, debajo del puente Maipú de Córdoba Capital, salía en las fotos con su impecable guardapolvo blanco portando la bandera de su escuela primaria.
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“Yo sabía que no quería esa vida y que tenía que esforzarme para salir de ahí”, contó en Mi Otro Yo (viernes -21 hs - Canal C). Me relató vivencias de su paso por el puente y, mientras hablaba, mi mente volaba pensando que a veces nos quejamos de cosas ínfimas, sin pensar en que hay gente que la pasa mucho peor.
“Me bañaba en el río junto a mis hermanos y caminaba muchísimas cuadras para ir a estudiar, pero eso me sacaba de la realidad diaria que era muy dura”, contó con una mezcla de ternura y dolor.
Si bien Johana afirmó que aunque ya pudo sanar el haber vivido bajo el puente, reconoció las marcas que eso le dejó: "No quisiera volver a pasar hambre". "A mis padres los quiero y pude comprenderlos… admiro la grandeza que tuvieron, aún en la pobreza”, destacó, entendiendo que tal vez no hubo otra salida en su familia más que terminar viviendo en el puente.
Hoy es una joven con valores afianzados a fuerza de sacrificio y empeño. Trabaja en Tribunales, tiene un bebé que cuida con total dedicación y amor, y además cursa en la Facultad de Derecho: "Elegí la abogacía para tener una herramienta más en mi vida. Me gusta lo penal juvenil, con una mirada humana, enfocada en la reinserción laboral”.
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Al estudio de grabación llegó con su bebé. Dijo que es un gran motor en su vida, y puede hacer todo lo que hace porque lo incluye todo el tiempo en sus actividades: “A la facultad voy con él, después de trabajar, porque no quiero perderme de compartir tiempo con mi hijo”.
Johana fue ejemplo allá en 2006 porque portaba la bandera del colegio. La Johana de este 2019 también es ejemplo y porta muchas banderas a la vez. Libertad. Compromiso social. Amor y sacrificio sin límites. Y un deseo irrefrenable de dejarle a su hijo un futuro mejor a partir de sus experiencias del pasado: “Hoy elijo alejarme de ambientes tóxicos por mi hijo. Solo le quiero inculcar que sea libre”.
Gracias Johana. En el sillón de Mi Otro Yo, me dejaste la sensación de que no todo está perdido.