Tamara está a salvo con su beba en su casa, pero sin tranquilidad y aún con dolores como consecuencia del violento ataque de motochoros y de la cesárea. Hace cuatro días vive con miedo de salir otra vez a la calle.
En diálogo exclusivo con Arriba Córdoba, recordó aquella tarde de jueves en la que delincuentes en moto la abordaron a punta de pistola. Le faltaba una cuadra para llegar a su vivienda. Regresaba de una reunión del colegio de su hija cuando sufrió el robo.
“Antes de llegar a mi casa, veo que venían dos sujetos y empezaron a decir: ‘Le damos’”, contó la joven. En ese instante, pensó lo peor. Y no estaba equivocada. Comenzó a correr, pero no pudo seguir por la panza, ya que transitaba la semana 38 de embarazo.
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En ese momento, uno de los motochoros la agarró de atrás, sacó un revólver y la empujó contra la pared: “Ahí me puso la pistola en la panza, me empezó a pegar y pedir el teléfono".
“Me pegó en la panza e inmediatamente rompí bolsa”, lamentó Tamara. Los atacantes huyeron a toda velocidad y la dejaron herida en el piso. Estaba muy asustada y empezó a gritar desesperada a pedir ayuda.
Dos vecinas llegaron y la auxiliaron. Luego la trasladaron al Sanatorio del Salvador, donde le indujeron el parto. Finalmente nació Pilar. Ambas están fuera de peligro. Después de un episodio de terror, ocurrió un verdadero milagro.
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