Todo se dio en medio de un proceso de divorcio, en donde el padre reclamó que la madre difundía imágenes de sus hijas con un fin comercial, vinculada con su actividad laboral y en procura de un lucro.
La mujer respondió que sus publicaciones referían al orgullo que le da ser madre de sus tres hijas, y la intención de compartir su felicidad con quienes la conocen.
La jueza del Juzgado de Familia N° 1 de Tigre, Buenos Aires, intentó en varias audiencias de conciliación que el matrimonio en disolución se ponga de acuerdo, pero no fue posible.
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Por eso, ordenó a la madre que se abstenga de subir imágenes de las niñas que tienen entre 6 y 11 años. Argumentó que el derecho a la intimidad, a la imagen, al honor y a formar su identidad digital son derechos de cada niño, niña y adolescente, por tanto está en ellos la libertad de ir disponiendo a medida que vayan alcanzando el grado de madurez suficiente para hacerlo.
Lo establece la ley 26061 en su art. 22 dispone que “las niñas, niños y adolescentes tienen derecho a ser respetados en su dignidad, reputación y propia imagen”.
”Se prohíbe exponer, difundir o divulgar datos, informaciones o imágenes que permitan identificar, directa o indirectamente a través de cualquier medio de comunicación o publicación en contra de su voluntad y la de sus padres”.
La jueza tuvo en cuenta que si bien es habitual que los progenitores publiquen fotos de sus hijos y que sea compartida con familia y amigos, no es habitual que sea con una cantidad de seguidores tan numerosos como los que posee la cuenta de la demandada, que implica una mayor exposición de las niñas.
Además, es importante destacar que las niñas fueron escuchadas durante un tiempo con juegos y diálogos sobre muchos aspectos de su vida, e indicaron también no sentirse muy a gusto con sacarse fotos para Instagram.
“Lo más importante: las tres pudieron transmitir en forma clara y precisa que quieren que sus papás dejen de pelear todo el tiempo”, resaltó la jueza en la resolución.
Por eso instó "a ambos progenitores a que eviten la judicialización de sus vidas y busquen una solución consensuada al conflicto familiar por el camino del diálogo y de los acuerdos, en pos del bienestar de todos los miembros del grupo familiar y en especial de las niñas”.