El lunes comenzó en los Tribunales de Cruz del Eje el juicio por el femicidio de Cecilia Basaldúa, la joven porteña que desapareció y fue encontrada muerta en abril de 2020 en un basural cercano a Capilla del Monte.
Completamente disconformes con la actuación de la fiscal de Cosquín, Paula Kelm, que había estado a cargo de la investigación, los padres de la joven asesinada, Daniel Basaldúa y Susana Reyes, sostienen que el único imputado que tiene la causa es un “perejil” y que no tienen pruebas contra él.
Con respecto a la segunda jornada de audiencias, el fiscal de cámara de Villa Dolores, Sergio Cuello, adhirió a la hipótesis de los familiares de Cecilia, ya que cree que con los elementos reunidos hasta el momento no hay pruebas para acusar a Lucas Bustos, el albañil que lleva más de dos años detenido.
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En el segundo día desde el comienzo del juicio, los testimonios se centraron en las pericias forenses y en lo sucedido en las horas posteriores al hallazgo del cuerpo de la mujer.
Las especialistas Elina Moretta y Ladi Victoria Kabalin explicaron las dificultades para establecer la fecha y hora de la muerte de Cecilia, aunque expusieron las lesiones que evidenciaron el abuso sexual que sufrió antes de morir.
Según detalló La Voz, después declararon dos policías: el cabo Patricio Gigena, quien entregó el procedimiento del hallazgo del cuerpo, y el sargento Emanuel Álvarez, que participó del allanamiento de la casa de Mario Mainardi, el último lugar donde se vio con vida a Basaldúa. Cabe destacar que el propietario de esta vivienda es el principal sospechoso al que apunta la familia de la víctima.