Joaquín Paredes (15) fue asesinado a sangre fría por policías. A uno de sus amigos lo balearon en un brazo. Otros 12 compañeros se salvaron de milagro, según la investigación.
Seis policías son juzgados desde este lunes por el ataque en la madrugada del 25 de octubre de 2020 en Paso Viejo, un pequeño pueblo del departamento Cruz del Eje, en el norte de Córdoba.
Antes del inicio del juicio, Soledad, la mamá del adolescente ultimado de un disparo por la espalda, reiteró en Arriba Córdoba su pedido de justicia para que “su hijo pueda descansar y ellos tener un poco de alivio en sus corazones”.
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“Esperamos que le den perpetua, que sea una condena ejemplar”, exigió la mujer. Aunque lamentó que “la vida de Joaquín nadie se la va a devolver”. “Quiero que se haga justicia para que pueda descansar en paz y esto no vuelva a suceder nunca más, que otra familia no sufra lo que nosotros estamos sufriendo”, manifestó.
Soledad, que estará acompañada por la mamá de Valentino Blas Correas, expresó que atraviesa muchas emociones porque por primera vez conocerá al asesino de su hijo: “Lo voy a ver a la cara”. “Espero que mi hijo me mande todas las fuerzas para poder estar presente al frente de ellos”, deseó.
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Ante un jurado popular, cinco uniformados son acusados por homicidio, tentativa de homicidio y abuso de arma, todos delitos agravados por su calidad funcional. A ellos, la mamá de Joaquín les pidió que “se pongan un ratito en su lugar y sientan por un instante el sufrimiento que lleva por dentro, ese vacío, ese dolor que siente”.
Maykel López, único detenido, es el principal acusado que deberá responder por homicidio agravado por el uso de arma de fuego.
Mientras que Iván Alexis Luna, Ronald Nicolás Fernández Aliendro, Enzo Alvarado y Jorge Luis Gómez están imputados como supuestos autores de los delitos de abuso de arma agravado e incumplimiento en los deberes de funcionario público.
Además el entonces subcomisario Alberto Sosa Gallardo es acusado de amenazas calificadas contra amigos de Joaquín.
A casi tres años del crimen
La fatídica trama que llega a juicio en la Cámara del Crimen de Cruz del Eje se desencadenó mientras regían restricciones por la pandemia del coronavirus.
Aquella madrugada del 25 de octubre de 2020, Joaquín Paredes junto a sus amigos estaba escuchando música y bebiendo alcohol en inmediaciones del dispensario local.
Entre las 4:30 y las 4:50 llegaron los imputados en tres móviles para controlar a los jóvenes y solicitarles que se retiraran del lugar. Aparecieron en el lugar desde distintas direcciones y “habrían generado una suerte de encerrona a los jóvenes que ante la presencia policial solo podían retroceder hacia el descampado detrás del dispensario (hacia el noroeste)”, detalla la resolución firmada por el fiscal de instrucción Reymundo Barrera.
Según consta en el expediente, los policías descendieron de los patrulleros “haciéndolo de forma violenta y rodeándolos a pocos metros de distancia”. Fernández Aliendro habría llevado en sus manos la escopeta y Maykel López les habría dicho “váyanse de acá o los quemo”.
Algunos de los jóvenes habrían respondido con insultos, otros con empujones y piedrazos y otros comenzaron a huir por el terreno baldío al fondo del dispensario.
Fue en ese momento que “con el acuerdo tácito de todos los imputados”, Maykel López e Iván Luna con la autorización del personal policial de mayor efectuaron con sus pistolas en toda dirección al menos siete disparos. Uno de los proyectiles que disparó López impactó por la espalda a Joaquín Gabriel Paredes, produciéndole casi inmediatamente la muerte.