Después de dos años y un mes, los 13 policías acusados por el crimen de Valentino Blas Correas (17) se sentaron en el banquillo de los acusados. Tanto la familia de la víctima como la sociedad de Córdoba conocieron sus rostros en la sala de audiencias de Tribunales II.
El fiscal de Cámara, Fernando López Villagra, usó términos muy contundentes para describir los hechos ante los jurados populares. La acusación fue descrita con detalles minuciosos. De manera tajante, aseguró: “Valentino Blas Correas fue asesinado de manera brutal y absurda”.
El funcionario judicial calificó el crimen como “una masacre” y sostuvo que con el operativo de encubrimiento pusieron en crisis a la fuerza de seguridad provincial. También remarcó que se trató de un “episodio de violencia institucional y estatal”.
Además, expuso los números fríos de aquella madrugada del 6 de agosto del 2020. Afirmó que a las 00:07:57 horas, el auto Fiat Argo en el que se trasladaban la víctima y cuatro amigos fue atacado a balazos. Contabilizaron “seis disparos, dos policías, un muerto y cuatro víctimas muy cerca de morir” y en la escena del crimen secuestraron cinco vainas servidas.
El fiscal tampoco pasó por alto el instante en que plantaron un arma trucha: “Esto resulta vergonzoso e indignante”.
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Remarcó que las pruebas -registros fílmicos y secuencias policiales- “respaldan que Valentino Blas Correas fue asesinado de manera absurda por dos agentes policiales”. Los principales acusados por homicidio calificado agravado y tentativa de homicidio al disparar contra los otros adolescentes son los cabos Lucas Damián Gómez (36) y Javier Catriel Alarcón (32).
“Y por suerte, me cuesta decir por suerte frente a la madre de la víctima, sus cuatro amigos se salvaron”, agregó López Villagra durante la presentación. Y sentenció: “Es un caso gravísimo de violencia institucional, fue una ejecución extrajudicial".
Gómez y Alarcón son los principales acusados.