Lázaro tiene 13 años y lucha por su vida en el Hospital de Niños luego de recibir un ladrillazo en la cabeza cuando una patota lo atacó en la plaza Jerónimo del Barco en la noche del domingo. Estaba con dos amigos, uno también fue golpeado y otro pudo escapar.
Arriba Córdoba accedió al testimonio exclusivo de Agustín, el amigo de la víctima que recibió varios golpes de la banda, pero un taxista lo auxilió y evitó una tragedia. Según contó, estaban en la plaza esperando al papá de un amigo porque se iban a dormir a su casa para ir el lunes todos juntos a la escuela.
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En un momento, “bajó la patota y empezó a discutir” con Lázaro. Agustín se metió y les dijo: “Ya está, no queremos problemas”. Uno de los integrantes de la banda le pegó una patada en la cara: “Perdí la vista, se me puso borrosa”.
“Mi amigo se puso a correr, lo sigo atrás y lo pierdo de vista en un momento. Salgo corriendo para el costado, pensando que corría derecho”, recordó. De acuerdo a su relato, seis personas lo seguían y un taxista atrapó a tres, pero los otros le siguieron pegando a Agustín: “Me tiraron al suelo y empezaron a pegar”.
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Ya no sabía dónde estaba su amigo Lázaro. El taxista lo auxilió y llevó hasta el control policial ubicado en Domingo Zípoli: “Les dije todo lo que había pasado y gracias al taxista estoy acá”.
“Quiero justicia por mi amigo, mi hermano, que está siempre conmigo. Era una amistad muy leal”, expresó angustiado el adolescente, que aseguró es la “única vez” que vio a la patota, aunque algunos de sus amigos conocen a algunos de los agresores.
En la tarde de este miércoles, familiares y amigos de la víctima marcharán en la plaza Jerónimo del Barco para exigir justicia. Lázaro sigue internado en coma en el Hospital de Niños. "El daño cerebral es irreversible", aseguró su papá Fabián en Telenoche.