Matías Martínez tiene 31 años y trabaja en la estación de servicios de la firma Oil en la localidad de La Calera. El domingo pasado fue víctima de una peligrosa maniobra que podría haberle costado la vida.
Un Toyota Corolla hizo marcha atrás y lo embistió cuando él estaba parado haciendo anotaciones al lado de uno de los surtidores. En lugar de frenar y bajarse, el conductor aceleró y escapó del lugar.
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Afortunadamente, Matías sufrió heridas leves y hoy puede contarlo. "Fue un milagro. Te da impotencia porque él no se frena para saber si estoy bien", le contó a Roxana Martínez en el móvil de Arriba Córdoba.
Por suerte, los compañeros del playero anotaron la patente del auto. El conductor, un joven de 22 años, se presentó luego en la Unidad Judicial de La Calera donde explicó que lo atropelló sin querer ya que el auto es de su papá y cuenta con caja automática, algo que él no maneja bien.
“No tengo nada, estoy golpeado y tengo que tomar calmantes para poder dormir”, explicó Matías. La causa quedó en manos de la fiscal Jorgelina Gutiez.