La ampliación de derechos civiles y la igualdad ante la ley, se debatió fuerte hace unos años y el caso de nuestro país antecedió, por ejemplo, al fallo histórico en EEUU que el mundo celebró no sólo a través de las tendencias globales en las redes con “el triunfo del amor”, sino en las declaraciones de políticos y referentes del deporte, cultura y espectáculos.
Acá una carta de Héctor Luján un cordobés gay, casado y padre adoptivo. Vale la pena compartir.
“17 de Julio, 5 años de la ley de matrimonio igualitario. Hoy no vi grandes debates en la tele ni tampoco publicaciones en Facebook a favor o en contra al respecto. Hace cinco años se debatió durante 14hs esta ley, que generó una polémica en toda la sociedad argentina.
"Se nos trató de enfermos, pusieron en tela de juicio nuestra capacidad de cuidar a menores, se nos trató como ciudadanos de segunda".
Tuvimos que soportar todo tipo de maltrato, incluido el del cardenal Bergoglio. Se nos humilló, fuimos tema de burla en todo tipo de charla, y parecía que se venía el fin del mundo.
Hubo un solo divorcio entre parejas del mismo sexo. No colapsaron los registros civiles pero si se les otorgó el derecho al matrimonio a 10000 parejas.
"Hoy, a cinco años de aquello, no pasa nada de lo que se predijo. No hay menores abusados por vivir en una familia homoparental".
Cinco años y ya nadie se acuerda, cinco años donde ya no se menciona el tema, cinco años donde ya está naturalizado, ¿Qué bueno, no?
¿Y de que nos sirvió estar casados? De lo mismo que le sirve a cualquier pareja heterosexual: por sobre todo la posibilidad de dejar de ser pareja y formar una familia.
"Ahora tenemos obra social, bienes mancomunados, acceso a diversos beneficios para matrimonios, la posibilidad de darle ritualidad en una ceremonia, la unión frente a tus seres queridos, la inclusión familiar y la fliliación".
A cinco años que me desvelé escuchando por internet todo el debate, hoy puedo ir a dormir tranquilo sabiendo que al lado de mi habitación descansan mis hijos, y de que vivimos en una sociedad donde aquel que se atreve a proliferar un agravio hacia mi persona por mi sexualidad, ese es el que es considerado en falta.
"Al lado de mi casa tenemos vecinos que nos consideran iguales, porque lo somos".
A cinco años de aquel momento, hoy en la recepción del club Instituto, al cobrarme la cuota me dicen ¿Cómo es el apellido de mi esposa? y yo le digo "Esposo, estoy casado con un hombre" Entonces él me dice "Perdón", porque hoy el que está en falta es el otro, por creer que hay un único tipo de sexualidad al que debo responder.
Hoy en la Argentina, hay 10000 hogares que ampliamos nuestros derechos, y eso no es poco; y para mal de muchas opiniones, es el rumbo que ha tomado nuestro mundo”.