Que levante la mano el que sabe qué es el festejo del “último primer día”. Seguramente si tenés un conocido en el último año del secundario, estás al tanto. Al igual que padres y docentes de colegios secundarios preocupados por la situación.
La idea es simple: pasar la noche sin dormir, bailando, cantando pero sobre todo tomando. ¿Para qué? Para festejar la última vez que comenzarán juntos un año del secundario. La próxima vez que llegue marzo, cada uno estará buscando su destino en una facultad o escribiendo su futuro de alguna otra manera.
El problema mayor es que los chicos quedan en un estado poco recomendable para ir a la escuela. Y, sin embargo, van igual y los docentes y las autoridades educativas ya no saben qué hacer al respecto.
En las redes sociales pueden verse múltiples publicaciones bajo el hastagh #UPD (Ultimo primer Día). Sin embargo, no todos son iguales. En algunos casos sólo tiene que ver con juntarse y pasar la noche despiertos o encontrarse en algún lugar para hacer una especia de vigilia. Hay disfraces, remeras identificatorias o maquillaje artístico. Pero no en todos los casos incluye alcohol. A veces, son los propios padres los que ofrecen sus casas para la celebración.
Si bien hace años que se realiza, es una costumbre bastante joven por estos lados del mapa. El año pasado, generó mucha polémica un video registrado en Misiones donde la directora de una escuela secundaria les pedía los chicos que no ingresaran por el mal estado en el que se encontraban. La mayoría estaba borracho.
¿De dónde viene? Al parecer en Argentina, fueron dos provincias, Mendoza y San Juan las que comenzaron con este festejo. Incluso, hasta con apoyo oficial. La idea era hacer un encuentro con los alumnos que por última vez iban a empezar el ciclo lectivo.
Mientras los festejos incluían disfraces, remeras, cotillón o maquillaje artístico no hubo problema, pero cuando se sumó el alcohol, la cosa pasó a descontrolarse.
La situación es tan compleja para los docentes que, en muchas ocasiones han decidido enviar comunicados explicando a los padres que los chicos en condiciones inadecuadas para ingresar a un establecimiento educativo, no podrán hacerlo e incluso, podrán ser sancionados. Por lo general, aplican el código de convivencia de cada colegio. Sin embargo no deja de ser un problema recurrente.
¿Y en Córdoba? La práctica ya comienza a verse en distintos establecimiento de la ciudad. Si bien comenzó como un festejo tranquilo y sin alcohol, en poco tiempo se descontroló y hace dos o tres años ya es un problema. A tal punto que hay colegios que diseñan distintos tipos de estrategias para enfrentar la situación. Una de ellas es hacer ingresar a los alumnos del último año en un horario diferente al resto del ciclo lectivo para evitar problemas. Otros, directamente no los dejan entrar.
“Los colegios tiene dos opciones: o no los dejan entrar y quedan a la buena de Dios o les permiten el ingreso y llaman a los padres para que los retiren”, explica una docente cordobesa que trabaja en un colegio secundario de clase media y media alta.
En general, los chicos llegan disfrazados, maquillados y con cotillón en mano. El problema, otra vez se presenta cuando a todo eso, se le suma el alcohol. En Córdoba, como siempre que hay alcohol, hay negocio, ya existen boliches que ofrecen la fiesta el domingo previo al comienzo de clases.
Quizás, otra vez, la pregunta que queda sobrevolando esta problemática es para los padres: porqué permitir participar del “último primer día” y no del primer día de clases del último año del secundario.
También en Río Cuarto
Según El Puntal de esa ciudad, entre las 5 y las 7 de la mañana de este lunes se escucharon gritos y estruendos de pirotecnia. Eran alumnos de sexto año de diferentes colegios que "festejaron" en la Plaza Roca antes de ir a clases. Así quedó el espacio público: