Julieta Silva tiene 29 años, es empresaria y jugadora de hockey del club Banco Mendoza. El sábado pasado atropelló y mató a su novio, el rugbier Genaro Fortunato (25) a la salida del un boliche de San Rafael.
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La joven está separada, desde hace poco más de un año, del dueño de una cadena de librerías. Ella es propietaria de un negocio de venta de indumentaria deportiva. Juntos tuvieron dos hijos de 10 y 5 años. "Pensé que había pisado un pozo", señaló en su declaración. Y que al ser advertida por un "cuidacoches", llamó a emergencias.
Para la Justicia, Silva comprende lo que hizo con su Fiat Idea gris. Por eso fue imputada por "homicidio doblemente agravado por el vínculo y por alevosía". Con esta acusación puede ser condenada a prisión perpetua. Además, se dispuso su traslado desde el hospital Schestakow al penal de San Rafael. “No paraba de llorar”, aseguró personal del centro de salud.
La relación con Genaro habría comenzado hace unos meses. Amigos de la pareja la calificaron como "enfermiza y violenta", aunque el padre del rugbier negó conocer a Julieta como novia de su hijo. Amigas de ella, acusaron de Fortunato de acosarla y molestarla.
Ellos llegaron juntos al boliche "La Mona". Allí discutieron por un mensaje enviado por Agostina Quiroga Arana, una ex novia de él que está embaraza. Julieta salió corriendo y él la siguió. Se paró al frente del auto para que no se fuera, pero ella aceleró y le pasó por encima, provocándole la muerte.
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Tras arrollar a Genaro, Julieta se quedó shockeada adentro del auto hasta que fue sacada por personal policial que llegó hasta lugar. Cuando llegó una ambulancia, un médico constató que el joven ya había muerto. La autopsia reveló que la causa fue aplastamiento de cráneo.
La hija que espera Agostina sería de Fortunato, algo que se habría enterado Julieta y que habría causado su furia contra el rugbier del club Belgrano. La ex novia de Fortunato lo confirmó en su cuenta de Facebook, en un mensaje que le dedicó al fallecido. Además, declaró ante el fiscal, al igual que amigos de la pareja y testigos que estuvieron en la disco.
Genaro integraba una familia muy conocida en el ambiente del rugby mendocino. El mayor de sus hermanos es el capitán de la selección de esa provincia. Vivía sólo con su mamá, quien estaba separada de su padre, quien trabaja en la Universidad Tecnológica Nacional de San Rafael. El club y sus compañeros también lo despidieron por las redes sociales.