Tan asombrosa es la foto que parece trucada. Pero es muy real. Raquel Gatti la tomó en un bautismo en la localidad tucumana de Yerba Buena. Fue en febrero, pero llegó hace poco a las manos del Papa Francisco.
La imagen habla por sí sola: tras mojar la cabeza del pequeño Bernabé, el agua que cae forma un perfecto rosario con la cruz. Ante la repercusión que tuvo la captura, la autora decidió llevarla en un cuadro al Vaticano para bendecirla.
Pero allí ocurrió otro milagro. "Me encontré con una periodista de ACI Prensa que me dijo que esa imagen la tenía que tener el Sumo Pontífice. Entonces empezó a mover contactos hasta que hizo que le entregué el cuadro al Papa", relató Raquel a La Gaceta.
"Atrás del cuadrito llegué a escribirle el nombre del sacerdote y que era de Tucumán. Unos meses después, Francisco lo llamó al padre por celular. Fue como cerrar un círculo que comenzó con esta foto. Fue todo muy lindo", contó la fotógrafa.