Era justo al mediodía cuando los empleados de la Planta Cloacal de Bajo Grande sintieron ruidos extraños en la cámara principal. No podía creer que una “rata” gigante esté en ese lugar. En realidad se trataba de un carpincho, el roedor más grande del mundo que llegan a pesar hasta 60 kilos.
Los empleados municipales bajaron las compuertas para que “no se ahogue” y esperaron a la policía ambiental que lo rescató cinco horas después. El desconcertado animal fue derivado para su recuperación al centro de Rehabilitación Animal del Tatu Carreta.
+ VIDEO La odisea del carpincho en Telenoche:
“Se observó que tenía lesiones, le hicimos estudios y empezamos con su recuperación” dice Maria Ahumada, veterinaria del Tatu Carreta. Por su parte Javier Alvarez es optimista que en enero podrán devolverlo a su hábitat en la región de Mar Chiquita.
Alvarez cree que se trata de una aventura que emprendió el carpincho ante la ausencia de las personas y así pudo hacer un recorrido de más de 100 kilómetros para terminar en la planta de Bajo Grande “son anfibios de actividad fundamentalmente nocturnos”, asi que por tierra y por agua hizo el recorrido.
Se trata de una carpincho hembra, pesa 46 kilos es herbívoro y, si sigue bien la recuperación, en los próximos días pasará a un cubículo donde tenga acceso a una pileta y se recreará mejor su hábitat.
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Los especialistas creen que el animal procede de Mar Chiquita porque en el 2011 se hizo una liberación de cachorros para su reproducción. Suelen ser víctimas de cazadores: “Los buscan por su carne y por su piel”, agrega Alvarez.
LA ODISEA DEL CARPINCHO se convierte en una de las tantas aventuras que la pandemia les permitió a los animales para llegar a territorios hoy ocupados por el hombre.