La brutal golpiza que recibió Carlos Galíndez en Río Cuarto le dejará secuelas de por vida. El vecino de Pilar, que denunció haber sido desfigurado por policías dentro de una comisaría, fue operado este miércoles en el Sanatorio Allende de Córdoba capital: debió ser sometido a una reconstrucción de mandíbula.
"Le colocaron dos placas de titanio con clavos. Me acaban de decir que con las quebraduras y los golpes le rompieron los nervios que van por la mandíbula hacia el labio y el mentón, por lo que no va a tener nunca más sensibilidad en ese sector, ya que el nervio no se puede recuperar", contó Jorgelina, pareja del hombre de 42 años, en diálogo con La Voz.
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"Va a tener algunas dificultades, la mandíbula se le traba un poco, pero hay esperanzas de que con el tiempo pueda abrir un poco más la boca y no se le traben las prótesis que le pusieron", agregó la mujer.
Cuatro policías investigados
Dos sargentos (un hombre y una mujer), un cabo y un suboficial inspector fueron pasados a situación pasiva por el Tribunal de Conducta Policial, mientras el fiscal Fernando Moine avanza con la investigación.
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