Hugo Orlando Acevedo estuvo dos meses y una semana detenido en la cárcel de Bouwer, imputado por "hurto calamitoso". El pasado miércoles recuperó la libertad y esperará afuera de prisión el juicio en su contra por haberle robado las zapatillas a Emanuel Balbo, el hincha que murió tras ser arrojado desde la tribuna del Estadio Kempes durante el clásico entre Belgrano y Talleres.
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La jueza de control María Celeste Ferreyra le otorgó la libertad bajo fianza al considerar que Acevedo se presentó a la Justicia por voluntad propia, colaboró en la investigación, no tiene antecedentes, es el sostén económico de su familia y el delito es excarcelable (la pena es de entre uno y seis años de prisión).
“No ando en el delito, no tengo antecedentes, trabajo desde los 14 años. Fue un error, un único error en mi vida, y me está costando todo”, señaló al diario Día a Día. “La gente que me conoce, me apoya porque sabe que no soy así. Por ejemplo, mis patrones conservaron todo este tiempo mi trabajo porque saben quién soy: un hombre que cometió un error, nada más”, sostuvo.
“Quiero pedirle disculpas a la familia Balbo. Hice un mal y estoy arrepentido. Si fuera por mí, los llamo para pedirles perdón. Pero no sé cómo lo tomarán. Quiero que sepan que lo lamento”.
Sobre el momento en el que cometió el robo, el simpatizante de Belgrano dio su versión de los hechos. “Nunca supe que se trataba de un hincha al que habían arrojado. Vi la avalancha de gente, me acerqué y no sé por qué lo hice, pero lo hice: le saqué las zapatillas sin pensar y me fui. Después, cuando me di cuenta de lo que había hecho, ya era tarde”, explicó. “Fue un gravísimo error de mi parte. Fue un segundo sin pensar, no se me cruzó nada por la cabeza. A mí no me hace falta robar, no necesito un par de zapatillas de otra persona. Siento mucha angustia”, reflexionó.
Las zapatillas de Emanuel fueron encontradas tres días después de su muerte en un descampado de barrio Autódromo, lugar donde Acevedo confesó que las había tirado. "No planeé hacer lo que hice; fue una cosa del momento, una equivocación. Sucede que quedé pegado a quienes tiraron a Emanuel desde la platea”, reconoció.
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“Me partió el alma la noticia. Sentí un dolor, rezaba para que se recuperara. Me sentí cada vez peor y decidí entregarme”, comentó respecto a la muerte de Balbo. "Ahora debo soportar que me juzgue todo el mundo, y hasta cierto punto lo entiendo. Pero quiero aclarar que fue una equivocación como tenemos todos. Un error que no volveré a repetir”, concluyó.