A cinco meses del crimen de Jonatan Romo en una comisaría de La Falda, ordenaron excarcelar a seis policías involucrados, quienes fueron detenidos pocos días después del hecho.
Se trata del sargento Miguel Ángel Aguilera, el cabo Juan Pablo Zunino, el cabo Hernán Suárez y el sargento Walter Geri, todos imputados por homicidio calificado. Y del subcomisario Pablo Antonio Zárate y el agente Lucas Giménez acusados por encubrimiento agravado.
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La fiscalía a cargo de Raúl Ramírez ordenó el cese de la prisión preventiva al considerar que no hay riesgo procesal. Pero los uniformados continuarán imputados.
De acuerdo a las primeras versiones, habría dudas en los resultados de las autopsias respecto a cómo murió Romo.
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En agosto, el abogado de la familia de la víctima, Luis Galli, reveló detalles de la autopsia final en Arriba Córdoba y sostuvo que el informe demuestra que “lo destrozaron”.
Según manifestó, el estudio confirmaba que “el cerebro y cerebelo tienen congestión y edema, lo que se puede interpretar como un fenómeno que contribuye al diagnóstico de asfixia mecánica”.
Además, reflejaba que “hubo una hemorragia pulmonar” y “se observan lesiones compatibles con contusiones”. También reveló microfracturas en todo el cuerpo. En cuanto al informe toxicológico, los resultados indicaron que Jonatan Romo consumió cocaína.
Luego de la muerte de Romo, el Ministerio de Seguridad de la Provincia ordenó desplazar al comisario Diego Bracamonte y el pase a retiro obligatorio del comisario general Julio César Faria y del comisario inspector Marcos Germán Manrique.
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