Fue una noche de terror la que vivieron el médico y el chofer de la ambulancia, víctimas directas de un asalto en la variante Juárez Celman, cuando llevaban a un paciente con un principio de ACV a una clínica de Córdoba. El conductor del vehículo contó que los obligaron a arrodillarse y les apuntaron con armas.
La ambulancia del servicio de emergencias Urmed partió el viernes por la noche desde Deán Funes rumbo a Córdoba con un paciente que había sufrido un principio de ACV y fue estabilizado. De repente, cuando circulaban por la ruta de la variante que comunica a Juárez Celman con Córdoba Capital, el chofer sintió un ruido extraño y frenó: “Vi la cubierta pinchada y enseguida llamé a la policía porque sabía que era una zona muy peligrosa”, dijo a ElDoce.tv.
+ Los "miguelitos" provocaron la pinchadura de la cubierta (Fotos: La Radio de Totoral):
Fernando Cruz, conductor de la ambulancia, relató el terrible momento que vivió junto a su compañero médico, mientras el paciente y su hijo permanecían en la parte posterior del vehículo de salud: “Cuando quise ponerme a cambiar la cubierta, escuché un grito y vi a un hombre que se acercó apuntándome con una pistola”.
“Ahí nomás llegó otro y lo encaró a mi compañero. Nos arrastraron a la banquina mientras nos pedían todo lo que teníamos. Nos tiraron al piso, nos obligaron a arrodillarnos y nos apuntaron”, dijo, todavía conmovido y dolorido tras el violento episodio.
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El chofer manifestó que uno de los delincuentes se llevó al médico a un descampado: “Lo tenían arrodillado contra un alambrado con una punta de un arma o un cuchillo en la espalda. El que estaba conmigo me pegó un culatazo y una patada las piernas, y me decía: ‘Dame todo o lo quemo en el campo a tu amigo y no lo ves nunca más’”.
Cruz señaló que los delincuentes se llevaron 15 mil pesos “pero querían más”. “Nos pedían los celulares y estaban obsesionados con abrir la parte trasera donde estaba el paciente y su hijo. No pudieron porque hay un mecanismo que traba las puertas”, contó.
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Durante el tiempo que los delincuentes los asaltaron, por el lugar pasaron algunos autos pero ninguno frenó, según contó la víctima. Finalmente, los ladrones se fueron del lugar y, al cabo de unos minutos, llegó la policía. “Una de las oficiales le decía a otro que no podían creer que hubiera sucedido lo que todos sabíamos que iba a suceder”.
Al llegar a su casa, donde vive con su esposa y sus tres hijos, Fernando se metió en el baño: “Lloré bajo la ducha culpa de estos tipos. No estamos preparados para esto, nosotros queremos salvar vidas y que no nos maten en este intento”, relató.
Paciente asistido
El hombre que viajaba junto a su hijo en la parte posterior de la ambulancia pudo llegar a la clínica privada de Córdoba Capital. Tras el asalto, la empresa de emergencias envió otro móvil que los asistió y los trasladó hasta el Sanatorio de la Cañada.
“Mi papá está bien, medicado, aunque en terapia intensiva”, dijo Sandro Guzmán a este medio. El hombre contó que escuchó todas las amenazas de muerte que sufrieron el chofer y el médico de la ambulancia.