Alfredo Cuffia estaba viendo la televisión al lado de su padre en el living de la casa, en la calle Zonda 1600. Escuchó unos gritos y se asomó por una ventana. “Vi al hijo del Miguel forcejeando con los motochoros. Les grité que lo suelten y me tiraron”, contó.
Los ladrones se fueron pero el quedó tirado en el piso. Lo llevaron a un hospital donde le sacaron el proyectil. La herida fue a la altura de la ingle. “Estoy en observación. Gracias a Dios estoy bien”, le dijo a eldoce.tv.
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Cuffia tiene 40 años y esta vez todo salió bien. Su voluntad de ayudar lo puso al límite entra la vida y de la muerte. El vecino al que ayudó estaba de visita en la casa de sus padres. Los estaba visitando por el fin de semana largo.