Hace tres años y diez meses que la cárcel de San Martín ya no aloja a ningún preso. Desde que fue cerrada en abril del 2015, la superpoblación con la que contaba fue repartida entre otros institutos carcelarios de Córdoba.
Sin embargo, las paredes de este edificio, construido en 1887 por el ingeniero Francesco Tamburini –el mismo que llevó adelante obras como el Banco de Córdoba, el Teatro Rivera Indarte y el Hospital de Clínicas-, aún guardan la marca de aquellos que purgaron su condena entre esas paredes. O de los que fueron detenidos ilegalmente durante la dictadura.
La familia, la religión, el fútbol, cuentas pendientes o sueños de libertad se mezclan en garabatos desprolijos hechos con lo que se tuviera a mano. En la humedad que hoy devuelve la cárcel, las paredes hablan.
Con un equipo de El Doce que se completa con Luján Agüero y Lucio Casalla, ingresamos a la cárcel y registramos estas imágenes de las paredes. Algunos de los mensajes tienen fecha de tan sólo 15 días antes de que sea cerrado definitivamente.
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El destino de la cárcel
El proyecto original era demoler la cárcel que ocupa seis manzanas de barrio San Martín pero la historia del lugar movilizó a vecinos, organismos de derechos humanos y organizaciones históricas a solicitar que se mantenga en pie todos aquellos espacios que tengan un valor patrimonial o histórico.
Es que la cárcel tuvo capítulos oscuros de nuestra historia y fue testigo de violaciones a derechos humanos. Durante la última dictadura militar, 32 presos políticos fueron asesinados. El lugar fue clave para la reconstrucción de los hechos en varios juicios por crímenes durante la dictadura.
También hubo grandes personajes de nuestra historia entre sus paredes. Carlos Gardel o el cura Brochero figuran en la lista de aquellos que alguna vez visitaron el lugar o acompañaron a los internos.
El proyecto oficial busca revalorizar el lugar. Desde hace años los vecinos de barrio San Martín imploran por una mejora en la zona. La presencia de la cárcel condenó a sus inmuebles a una bajísima valoración.
Hoy, ya sin presos, las promesas no terminan de llegar. Las obras de demolición y las mejoras en los jardines externos comenzaron pero el trabajo es lento. Un tercio de la cárcel será demolida y las autoridades evalúan trasladar algunas de las áreas del gobierno para que funcionen en ese lugar. Locales comerciales, espacios verdes, paseos, museo, plazas, todas son variables posibles en el destino final.
+ Mirá la galería de la excárcel de San Martín:
El motín de febrero de 2005
El hacinamiento fue un problema durante décadas en la cárcel. Cuando se desató el trágico motín en febrero del 2005, la cantidad de presos duplicaba la capacidad del lugar. Era uno de los principales reclamos. El resultado: ocho muertos, dos integrantes del servicio penitenciario, un policía y cinco internos. Este hecho fue el quiebre definitivo para que las autoridades comiencen a planificar el cierre definitivo del lugar.
Roberto Carmona, Ricardo Serravalle, Mandrake Quinteros y Rodolfo Castro son sólo algunos de los presos célebres que pasaron por sus pabellones.
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